I hate you with all my soul with The Prime Minister

Adolph habia salido mas temprano de lo usual por lo tanto que dirigió a la mansión sin esperar un segundo, estaba cansado, aquellas semanas habían sido caóticas por el deceso de la mamá de Evangeline y Charlotte. Quedarse con la castaña no habia sido un problema, el sabia perfectamente como se sentía perder a una madre, el perdió a la suya. Aun asi hay que seguir hacia adelante ahora era el nuevo Ministro, tenia muchas cosas por hacer. Arreglar todo el desastre y hacer el bien era lo primero que el quería hacer.

Antes de irse hacia el estudio decidió pasar por la biblioteca para buscar unos papeles que habia dejado la noche anterior. Entró para encontrarse con una grata sorpresa, ahi se encontraba su adorado hermano Alfred Malfoy. ¡Al fin hacia acto de presencia! —Fred—Le llamó con tono algo seco. —Al fin te has decidido en mostrar la cara—Escupió con un tono amargo. Alfred siempre le habia sacado las cosas en cara a él, pero parece que su hermano no se daba cuenta que era o es peor que él. —¿Vienes a pedir empleo en el Ministerio?—Preguntó. —Oh, cierto, que trabajas allí, mejor dicho te la pasas haciendo nada allí, miles de casos sin resolver, y tú hablando con cualquier mujer que se te cruce en el camino.—Comentó con cierta burla. —¿Así pensaste que Charlotte se fijaría en ti?—Le cuestiono. —Ella es demasiado inteligente como para dejar que un hombre como tu le ponga el dedo encima—Continuo soltando veneno.

Estaba enojado, frustrado con las actitudes idiotas de su hermano. El no era la mejor persona del mundo en el ámbito personal, pero siempre quiso que al menos su hermano no fuera tan maldito como él, como hombre fallo, le fallo a la castaña. Pero no iba a permitir que otro hiciera lo mismo, podrían llamarlo egoísta pero eso era lo que pensaba.