Deathly Hallows
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The floor ir lava [Privado, Arya]

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Mensaje por Invitado Dom Ene 31, 2016 6:06 pm

Había sido un día común y corriente hasta el momento que a Roy y otros Amet los habían llamado a atender una extraña situación, en el callejón Diagon había habido un extraño accidente que involucraba una tienda de pociones y duendecillos de Cornwall, cosa que no había quedado clara pero no había tiempo que perder, debían correr y ayudar pues era su deber.

Corrieron al lugar y la escena era de caos total, los duendecillos revoloteaban de un lugar a otro, cargando los frascos y los dejándolos caer haciendo que los efectos de las pociones se vieran sobre los encargados de la tienda o sobre otros duendecillos haciendo que todo estuviera lleno de humo y olores extraños —Hagan algo por favor, deténganlos, nos quitaron las varitas y no podemos hacer nada contra ellos — Fue la explicación de uno de los dependientes que al perecer había sido rociado con una poción que lo hacía hablar con una voz muy aguda, no pensaron y empezaron a lanzarles encantamientos para paralizarlos y empezarlos a meter en una jaula que estaba en el suelo, todo apuntaba a que se habían escapado de ella en un principio y que ahora estaban regresando a ella, todo estaba saliendo muy bien hasta que Roy sintió un fuerte golpe en la cabeza y el sonido de un frasco rompiéndose confirmo lo sucedido, un último duendecillo que se había ocultado de ellos estaba en una anaquel bastante alto y aprovechando que no habían notado su presencia empujó el frasco sobre Roy y este se rompió en su cabeza dejándolo cubierto de un polvo de color rosa y que daba destellos, como si de un frasco de brillantina se tratara, al principio solo reaccionó al golpe y aprovechando que no requería usar varita para hacer magia, creo un lazo mágico y atoo al duendecillo y lo metió a la jaula —Y quédate ahí pequeña sabandija…— Le dijo mientras le cerraba la puerta y quedaban todos ahí de nuevo, la paz del lugar volvía a estar presente pero el dependiente de la tienda mostraba su preocupación ante lo recién sucedido —¿Se encuentra usted bien? Fue un golpe bastante fuerte y aunque el frasco era pequeño y delgado pudo haberle hecho daño, eso y que el contenido del frasco es…Le decía hombre a Roy mientras le tocaba la cabeza en el lugar del golpe y que ya empezaba a mostrar una pequeña inflamación —¿Qué había en el frasco entonces?— Preguntó Roy mostrándose un poco preocupado ya.

La preocupación del hombre no había sido en vano, después de una pequeña explicación les dijo que el frasco contenía una mezcla de polvo de hadas japonesas y una flor americana llamada lengua de plata, en conjunto se usaban como ingrediente para crear un anestésico mágico pero sola, era un estimulante casi alucinógeno para quien lo oliera y esto llevo a que en pocos segundos de la explicación la mente de Roy se mostrara ausente del mundo, una risa típica de alguien en medio de un viaje de drogas en conjunto con incongruencias que decía, los demás Amet se apuraron a llevarlo a San Mungo para que le dieran algo o le quitaran el efecto, pues no se había atrevido a siquiera sacudirle ese polvo rosa del cabello.

Ya en San Mungo lo asignaron a un consultorio, donde lo tratarían y buscarían una solución a su actual condición.
Invitado

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