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El pasaje de la Ciénega de los Muertos

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El pasaje de la Ciénega de los Muertos Empty El pasaje de la Ciénega de los Muertos

Mensaje por Deathly Whims Jue Ago 14, 2014 7:10 am

El pasaje de la Ciénega de los Muertos Cienaga_zps402da19a

La Ciénaga de los Muertos brinda la oportunidad a aquellas parejas románticas o justamente todo lo contrario; a pasear en góndola en toda su extensión. Una ligera bruma con un agradable olor a azufre caramelizado invita a la delicia de los sentidos provocando cierto efecto relajante para los transeuntes.  A lo largo de toda la ciénaga hay diversas agrupaciones de esqueletos músicos que se entretienen en tocar e interpretar en vivo  diferentes canciones aunque hay muchas clases de amor y a veces se está con la persona inadecuada pensado en quién no se debería. ¡ Pero no pasa nada! Aquí en la ciénega hay cabida para toda clase de amores...  y la música, siempre acompaña al fondo.
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El pasaje de la Ciénega de los Muertos Empty Re: El pasaje de la Ciénega de los Muertos

Mensaje por Invitado Mar Ene 06, 2015 12:02 pm

Un cuervo negro se encontraba a una altura medio de uno de los árboles que daban comienzo a la ciénaga de los muertos, ¿dubitativo?. Sí, dudaba de todo no podía evitarlo. Lo sucedido en el Gran Comedor provocaba una hecatombe nuclear en su cabecita, empezaba a cuestionarse de que quizás y sólo quizás el tema de la pureza no era más que una tontería, una macabra obsesión aunque paradójicamente en el sótano de la mansión de los Evans hubiera centenales de distintos objetos para torturar a mestizos o sangres sucias Malo aunque le hubieran explicado por activa y por pasiva que todos y cada uno de ellos eran unos despropósitos, que eramos demasiado superiores cómo para compartir el mismo oxígeno con los muggles, directamente estos eran una subespecie... Por ello se odiaba más a los mestizos que a otra cosa, porque eran fruto del pecado...

Pero había venido, quizás con la esperanza de que él no apareciera Malo y con miedo. No miedo de él, sino de que por primera vez se planteaba que quizás pudiera existir un mundo del que no tuviera que avergonzarse y esconderse de cara a todos cuando estaba con él. Estaba desconcertada porque siempre le había explicado, aceptándolo ella como imperativo categórico, que la sangre de un mestizo era viscosa y deboraba poco a poco la pureza de la magia limpia, se trataba de una especie de veneno del que sólo entrar en contacto sangre limpia, la impura intentaba devorarla y llevarla a la oscuridad... Pero, ¿cuántas veces había ella tocado la sangre de él?, ¿acaso no acababa de limpiarse la sangre que se deslizó por su escote?, más aún, ¿porqué no podía evitar curarle siempre que le veía tan castigado?... Todo ello le llevaba a preguntarse que sí en lo más profundo de su cabeza, sí de verdad le importaba su sangre... Podría haberse ido tantísimas ocasiones que perdió la cuenta, de hecho él se lo escupió para apartarla y ella pese al asco iracundo se había quedado. ¿Existía una fuerza mayor acaso?, ¿siempre la hubo?, ¿nunca podría escapar de esa mortal atracción?, ¿qué ocurriría si ella quisiera escapar?, ¿sí en algún momento quisiera dejarle?, ¿debería creerle cuando le decía que no lo haría?. ¿Había perdido su último billete de escapar del monstruo? y lo más peliagudo del asunto, ¿podía ella resistirse al monstruo?, ¿acabaría consumiéndola?,¿ estaba metida en una inconsciente causa que podría acabar con ella?, ¿qué ocurriría sí se cansaba de ella?, ¿sí apareciera otra loca dispuesta a soñar con él?...Todas y cada una de sus advertencias retumbaron en la cabeza de la chica, "Soy un psicópata Evans" y mira que fue avisada.
Ahí estaba dudando, no atreviéndose a plantarse con su forma humana con la certeza de que fuera menos vergonzoso sí no aparecía y con la franqueza de que sí lo hacía sellaría inevitablemente su destino con él Malo

Invitado

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El pasaje de la Ciénega de los Muertos Empty Re: El pasaje de la Ciénega de los Muertos

Mensaje por Invitado Lun Ene 12, 2015 8:04 pm

¿Podía una criatura como yo aspirar a transformarse en algún ser del mundo real, aunque solo fuese para esconderse? Desde luego que no Cool aquel tipo de artificio solo estaba hecho para aquellas personas que todavía tenían un lugar en dicho mundo, yo por mi lado, había aceptado mi lugar de paria hacía tanto tiempo, y ese lugar, estipulaba que sí yo no era de aquel mundo, ¿cómo podía tomar la forma de algo que corriese y respirase sobre él? No había forma alguna de alejarme de mi verdadera naturaleza, de acercarme al mundo real... O eso se había supuesto la muerte, pues ahí estaba, en el mundo real Cool. A sabiendas, sin embargo, que ella sí podía solaparse, en este mundo, y en el otro, y yo lo sabía bien, era por eso que a pesar de la soledad que aquejaba aquel lugar, todavía no me había ido. No obstante, ¿hasta donde llegaba la esperanza de aquella maldición a la que había aceptado someterme, y de buen grado, como para creer que ella podía estar allí así fuese escondida? Pues luego de lo que había parecido una eternidad, en la que me encontraba suspendido sobre uno de sus putrefactos árboles esperando ver una cabellera encendida entre la mortífera neblina, empezaba a entender como se sentían los idiotas que se sentaban en el bar, con la corbata bien amarrada y el ramito de flores recién cortadas en la otra mano (y mira que con el tiempo uno aprende que los que llevan ramito, no llevan galeones para pagar Very Happy ) y como si aquello no fuese lo suficientemente preocupante, estaba el hecho de que seguía sin estar seguro de como había llegado allí Very Happy ; ¿cómo si se me había dado la completa oportunidad de huir no estaba yo ya en el rincón más profundo del Himalaya?. Sin embargo, había una pregunta que pesaba más. Una que probablemente ya estaba respondida desde hacía demasiado tiempo. Pues de haber huido, ¿habría resistido la tentación de buscarla de nuevo, de sellar aquel macabro trato que no me permitía mandar al otro mundo a ciertos dos individuos... Solo por tenerlo todo y nada de ella?....

Por el otro lado, estaba ese resquicio de sentido común que me decía, que en primer lugar, no me iban a aceptar en el Himalaya, y en segundo, que probablemente, sí ella aceptaba, era solo para tener un mestizo particular al cual amarrar en un mesa y abrirle las venas para ver como corría la impureza, mientras, claro, ella pintaba el espectáculo. Y finalmente, solo quedaba lo que era más tenebroso, pues: ¿cómo podía a uno no gustarle ese escenario? Cool .

No obstante, ¿sabía ella lo que había hecho al dejarme ir, al no jalarme en el momento justo en el que había puesto mi mano sobre la suya?. ¿Sabía lo que aquel implacable silencio podía hacer extendiéndose por mis articulaciones, electrizando más el escape, solo combatido por el espejismo de una sed que cada vez sentía más lejana? Una sed que solo volvería cuando pasara el efecto de su contacto, de sus palabras, y que despertaba otra disyuntiva más: ¿Había sido suficiente? Y sí no lo había sido, ¿dónde estaba ella? Es más, de ahora en adelante, mientras más adentrara en su órbita, fundiendo mis naves con cada explosión, ¿cuando sería suficiente otra vez? ¿cómo podría salir luego de cada naufragio? El espejismo empezaba a volverse real, demasiado real, previniendo que de ahora en adelante era muy posible que aquella sed jamás tuviese descanso, no existirían treguas, aquel licor suave que había corrido por mis venas al escuchar sus palabras en el baile, querría seguir corriendo, perenne, atando cada segundo del silencio, a los segundos que pudiese escuchar su voz, ¿me declararía prisionero entonces, así de fácil? ¿iba la muerte a dejarse atrapar por la luz... ahora que podía escapar? Me encontraba ya en la base del árbol, con el cigarrillo a medio camino, y había empezado a caminar, cuando el susurro de unas alas altera cada neurona adicta. Sigue caminando, sigue... Y sigo, hasta desaparecer entre los árboles que llevan al Castillo...

O eso creería cualquier cuervo fanático de jugar a la escondidillas una noche como aquella Very Happy ¿sería capaz el aleteo de seguirme? Sí yo podía seguirla a ella, ¿ella era capaz de seguirme a mí?. Trate de abrir mi mente a aquel lugar, como la hoz que puede sentir cada hilo de alma cercano para cortar Cool Y a pesar de que sabía que su mente era completamente ajena a mi persona,  ¿podía percibirla si quiera, como esa órbita luminosa entre la niebla del silencio? ¿podía ser ella? Y simplemente guiado por la intuición, como el idiota del ramo de flores que se levanta para preguntarle al mesonero si no hay alguna terraza donde haya una chica solitaria, me detengo, detrás de un árbol, con el cigarrillo apagado entre los labios, y las yemas de los dedos clavadas en el roble: el monstruo, evitando la huída. La otra mano la tiene la varita apuntando a mi cuello, ¿no era el suicidio una estupenda posibilidad?
- Juguemos en el bosque, mientras el lobo no esta. - ¿intuición? - ¿Lobo está?. -  ¿o estupidez? Cool . El encantamiento que convertía mi voz en un eco aciago, se desvanece, y el silencio vuelve a corromper al monstruo, que expectante sigue deteniendo la puerta de la jaula, mientras la muerte prepara su carcajada.


El internet estuvo frito hasta hoy Rolling Eyes pero, ¿no esperaría usted que cumpliese mi palabra al pie de la letra? Cool no sería digno Cool aunque fuese inconscientemente (¿?)
Invitado

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El pasaje de la Ciénega de los Muertos Empty Re: El pasaje de la Ciénega de los Muertos

Mensaje por Invitado Miér Ene 14, 2015 9:15 am

Las ninfas eran consideradas una especie de espíritus divinos asociado a la naturaleza, aquella ninfa era la bipolaridad en persona: Ninfa del inframundo y ninfa celestial pero... ¿qué se podría esperar de un ente pelirrojo que se llamaba Gabriel y encima era médium?. La metáfora en persona se disparaba con cada centímetro de su ser... La ninfa salió antes de lo esperado de aquel baile pues sabía que la dualidad de ambos mundos que ella sostenía no era factible. Hace mucho tiempo, sin saberlo se endeudó y ahora debía de pagar el precio de su condena. Sabía que esa parte de ella que hasta ahora le había dejado vivir, venía a cobrárselas todas más una. Venía a desacerse de él y sabía que por más que se resistiera ÉL era más fuerte que toda su persona...

Lloraba porque no quería que lo que estaba a punto de suceder, sucediera de ahí la razón por la que estaba usando la animagia, de ahí el motivo por el que no se mostrara. No quería que la viera llorar, quería que no apareciera quería de alguna manera aplazar su deuda... Pero el vino y con ello el dolor, la agonía... la despedida (?). Dejó que se fuera, crédulo de que no iba a seguirle pero allí estaba sigilosa como su respiración le permitía al compás de las lágrimas que la delataban. Lo que iba a suceder le estaba desgarrando por dentro y todo era porque la idea de hacerle daño simplemente la mataba. Pero las cosas que tenía que ser siempre acababan siendo...

La orientación nunca fue su fuerte y apareció unos instantes después de la maleza, humana y con un aspecto tan distinto al del baile. El provocativo vestido había sido precedido por unos pantalones envueltos en unas botas altas, con un jersey ancho como era costumbre y un cálido abrigo. Su pelo medio húmedo medio seco ondulaba sus faciones y el maquillaje brillaba por su ausencia dejando claro que el brillo de su rostro eran lágrimas...

Salío de entre la oscuridad y se quedó callada, cayéndole las lágrimas del rostro y con un claro brillo en su mirada de culpa y terror. Pasados unos segundos con un hilo de voz, habló.- L-o s-i-e-n-t-o, n-o s-o-y t-a-n f-u-e-r-t-e... nunca o-l-v-i-d-e-s que t-e q-... Pero la voz se le traba, su pulsera cae al suelo. Con ella, el cuerpo de Gabriel. La pulsera de la chica, era la pulsera que llevaban los médiums para protegerse de las posesiones fortuitas, por ello cuando la chica se incorporó no era Gabriel... Para más inrri tan sólo había que mirar como había cambiado el color de sus ojos a un negro tenebroso...


Hacía demasiado tiempo que no recordaba lo que era estar vivo, lo que significaba respirar pero la ingrata y estúpida de Gabriel había cedido pero, ¿cuando no?. ¿Cuando no conseguía él lo que quería de su prima? Ah, sí... Desde que él apareció. Se vaticinaba un agradable encuentro de palabras sí... Toma la varita de Gabriel y realiza un corte en la muñeca de la chica.- Piénsate muy bien lo que hagas porque se lo estarás haciendo a ella...- Carraspea, palpando con todo descaro el cuerpo de su prima.- No irás a negarme que tiene un culo bastante aceptable como para echarlo a perder...- Se sienta en un tronco cercano.- Las presentaciones sí...- Aclara con sorna.- Verás, al principio me caistes bastante bien. Eras perfecto para alimentar sus miedos e inseguridades, para alimentarme a mi cebábdose con su vitalidad y el brillo que tú le dabas, la agonía que le provocaban tus ausencias... Tus metidas de patas. Claro que no pensaba que el juego este fuera a llegar a tanto y es por eso que me tomo la molestia de charlar contigo...- Otro corte en la muñeca de Gabriel.- Verás, ella es mi chica mucho antes de que tú aparecieras. No habla muy bien de mi pero soy su demonio. Soy el que la marcó de por vida por ende ella me pertenece. Tú no eres más que un triste juguete del destino que está empezando a ser molesto... Así, como soy razonable voy a darte la oportunidad de que la borres de tú mente. De que le permitas vivir porque sí no lo haces, sí no borras tus recuerdos de ella me la llevaré conmigo y sólo tú serás culpable del crimen...- Otro corte más profundo en la muñeca de Gabriel...

En el mundo de los muertos, una realidad paralela a lo que estaba sucediendo Gabriel gritaba desesperada a un Marcel que no podía oirla de que porfavor no lo hiciera, que la dejara ir pero que no se condenara. La chica no sabía que hacer porque los fantasmas cercanos no la dejaban regresar a su cuerpo, estaba desesperada porque no quería perderle pero no era capaz de luchar contra su demonio, contra la persona que una parte de ella amaba. Su primo, el que tanto daño le hizo. Estaba rabiosa pero su rabia no servía de nada hasta que una silueta pura, tocó su hombro. Una silueta que le recordó a Marcel y se trataba de una mujer... La chica dudosa y con la voz temblando le ruega al ser.- Ayúdame, porfavor...

Marcel tenía muchas opciones, podía salir ileso del asunto cumpliendo las exigencias del ser que acababa de poseer a Gabriel, simple y letal muerto el perro se acabó la rabia. Podía intentar razonar de animal a animal o podría llevar la situación al límite y ver sí lo que de verdad, fuera lo que fuese entre ambos, era lo suficientemente poderoso como para que ante su llamada la chica volviera a su cuerpo sólo porque él se lo pedía pero para eso, tenía que poner la vida de ella en riesgo desarmando al ente con lo que le alimentaba, la vida de ella... Nada que no pudiera solucionar un sectumsempra Cool por ejemplo, mientras sí mientras no de la nariz de Evans comenzó a emanar sangre... Tic,tac,tic,tac...



Se me ha ocurrido algo Love pero te va a tocar manejar a la mamá de Marcel en versión fantasma Lala claro, dependiendo de lo que quieras es tan genial teniendo en cuenta el escenario de fondo Love
Invitado

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El pasaje de la Ciénega de los Muertos Empty Re: El pasaje de la Ciénega de los Muertos

Mensaje por Invitado Sáb Feb 21, 2015 7:04 pm

Y desde luego, con Gabriel Evans, nunca había un limite, nunca era suficiente, uno nunca llegaba verdaderamente al llegadero, siempre había... Un más allá Cool . Y claro, uno tiene que admitirse, y porque no, reirse al pensar que una propuesta de matrimonio para con Gabriel Evans podía terminar en un simple "sí o no", ¿pero que diablos tienes en la cabeza Lee Roth?. También tenía que empezar a evaluar si mis inclinaciones suicidas estaban aumentando QUIZÁS demasiado, ¿podía estar tan embelezado por las tinieblas, que ella solo significaba una cercanía a algo terriblemente tentador? ¿era ella mi guía hacía el más allá, o realmente la única que podía alejarme de ese mundo lo suficiente para que no terminara absorviéndome, era eso, el mundo lo de los muertos lo que no me dejaba apartarme de ella en primer lugar? ¿o era quizás... podía existir un irremediable equilibrio, un irremediable veneno, para el que ella misma era la cura? ¿podía alguien ser veneno y cura a la vez? ¿y podía alguien, querer envenenarse, solo para sentir como la vida volvía a sus venas? ¿era por eso que ella lograba hacer que me sintiese vivo... solo porque ella era la única verdaderamente capaz de matarme?.

Cualquier otro incauto habría pensado que se trataba de una broma, una forma muy especial de decir que no Very Happy sin embargo, yo sabía, y ni siquiera en lo profundo, que yo no solía tener tanta suerte. No obstante, y como las costumbres no se pierden, no pude evitar sonreír, lenta e irónicamente, radiante como una calavera, alzando un instante los ojos al cielo, solo por si de verdad existía algún tipo de dios, angel, diablo o iluvatar, riéndo en algún lado, supiese que... se iba a poner mejor la cosa Cool pues si tal vez... Solo sí tal vez, no hubiese soltado aquella incompleta frase antes de irse, solo tal vez, el monstruo habría vuelto a su jaula... Pero a ella se le conocía por hacer los trabajos completos Cool Y ¿podía arriesgar lo todo, incluida a ella? Empece a entender como pensaban los príncipes, los caballeros, ¿que habría hecho Alaric? Habría tomado la opción segura, cualquier cosa por no dañarla, pero, ¿era yo un príncipe, a fin de cuentas? Criminal no se iba a dejar robar, sin intentar robar también; era un efecto residual, yo siempre iba a tomar el desvió, un desvió que sin embargo lo arriesgaba todo, hasta a mí, pues no iba a volver sin ella.

Si en algún momento supe lo que estaba haciendo, quizás jamás lo sabría. Había llevado la mano a la varita y la había alzado al cielo, justo como suele hacerse cuando la magia va a traspasar las fronteras de los mundos, la otra, había encontrado ese conocido rincón en la caída de su espalda, donde su cabello solía descansar, pues necesitaba un lugar desconocido, ¿sabía lo que me esperaba, había hecho aquello consciente de que iba a encontrarme cara a cara con mi perdición? ¿estaba consciente de que en realidad se iba a descubrir que el único que había estado verdaderamente preso, siempre, había sido yo? Ella había abierto la puerta, solo una mediúm podía abrirle la puerta a un nigromante... Lo que nunca se espera el nigromante es encontrar que en realidad estar controlado por la muerte, sin poder controlarla.

- Spiritus Imperio. - Había dicho en algún momento, justo cuando la sangre de ella empezaba a gotear sobre mi pecho, y con ello, había logrado pasar, con ello había logrado asir por el cuello a aquel maldito espíritu, pues podía controlarlo, podía neutralizar el demonio de Gabriel, pero por ¿cuánto? Lo suficiente para salir, sin embargo, había pasado el velo. Y con ello, había creído ver eso de lo que había huido siempre, aquella a quién había amado... y repudiado siempre...

Era una mujer menuda, casi tristemente menuda, que transmitía una debilidad inconmensurable, de una cabellera tan larga e intensa que parecía hecha de seda; una mujer que proyectaba sin embargo una delicadeza tan atractiva como la que un los bebés suelen proyectar, una menudez que te impulsaba a cuidarla, una inocencia que te obligaba a querer conservar, no había en ella fuego alguno, no había en aquel espíritu vestigio alguno de tener algo pendiente, y sin embargo estaba allí, tan terriblemente cerca del umbral de los vivos que casi habría podido tocar aquella mano que se había sumergido en el velo de la muerte tan firmemente y con una intención tan terriblemente ajena a su presencia, pero, ¿que hacía ella allí? La señorita Eva Foxworth no poseía la alada gracia que atrae las miradas y el aplauso en las fiestas Cool . No había en ella el ingenio ligero que solo existe en los salones. Sus ojos azules jamás se iluminaban con irónias o sarcasmos Cool . Y tampoco tenía el leve paso de una ninfa Cool , que atrae como el vuelo grácil de la mariposa, como un color grato a la vista. En toda su persona había solo un halo de encanto melancólico que no se debía a ninguna desdicha sino a un sentimiento interior, que parecía indicar un alma consciente de un reino mas brillante, aquel rostro, que jamás había elucubrado una sonrisa de verdadero júbilo, se giro lentamente cuando tuvo por fin de cerca a Gabriel Evans, dejándo que una emoción que aquella mujer solo había conocido después de la muerte, quebrantara su débil rostro: La ambición. Y con una enfermiza frialdad abofeteo a la, para ella, osada pelirroja que estaba quebrantando su tranquilidad.

- Aléjate de él. - gruño entre dientes. En vida, aquella mujer no había tenido nada, pero tampoco había luchado por nada, pues siempre había logrado vivir de la dicha de los demás, pues había sido capaz de desaparecer la felicidad hasta de la fiesta más amena... Por simple placer; sin embargo, después de muerta, había decidido que si iba a luchar, pues en vida, cuando le había tocado hacer algo por si misma, había elegido no hacerlo, cuando no había tenido de quien absorber, tampoco había elegido vivir;  sin embargo, ella quería lo único que una vez había sido suyo, lo único que no le habían dejado apropiarse, el único proyecto inconcluso, pues hasta su esposo se había convertido en un ser tan mezquino, que a penas podía quererse a si mismo. Ella quería al único hombre que no la había juzgado jamás... Solo por abandonarlo, pues era el único que había descubierto su verdadero rostro. Ella lo quería a él. Y por eso se había convertido en el verdugo que se paraba todos los días frente a la jaula impidiéndole vivir, era ella, la que lo había atado al mundo de los muertos, pues era ella la que había establecido la maldición de llevárselo. - [b]No impedirás que me lo lleve. Es mío. Siempre lo fue y lo será para siempre si dejas de entrometerte, yo cuidare de él... Yo siempre cuidare de él, como tu nunca tendrás la fuerza de hacerlo, pues yo te conozco, eres débil, igual que yo. Eres igual a mí, ¿no lo ves? Nunca vas a luchar, el siempre será un estorbo en tu elistesca vida perfecta. [/i] - delicada e inocente, aquella mujer era una artista, un pequeño suspiro de arte, que te hacia querer mirar, y mirar, para tratar de descubrir algo, como una pintura maldita, que logra hipnotizarte, pero nunca complacerte, pues mientras más miras, más vacio te encuentras, en un hechizo que solo quizás Arsene Du Florant podría descifrar, pues aquella mujer era una farsa, su debilidad, su inocencia, su melancolía... Eran falso arte.


Sin embargo, había tenido la desgracia de ver el arte real.
- A ella nadie puede llevársela. - ¿Acaba de comprender, que a mi sí?. Acerque mi rostro al de aquel inmundo, para hablar lentamente. - Y si ella no se mueve a hacerlo... Siempre habrá una molestia que te lo impida. Solo preguntaté. - Pausa circunstancial. - ¿Te queda el suficiente tiempo como para no quedar en mis manos... O en las de otro? Ahora se quien eres, como te ves y como te llamas y puedo no descansar hasta que la dejes en paz. - No sonaba ni tan mal Cool -  Claro que seguro ella puede matarte primero que yo... - ¿Por qué diablos había dejado ese hermoso vaso de whisky en las rocas aquella noche por ir a aquel Baile? Si tan solo hubiese escuchado el llamado del whisky... Si tan solo, no... Estuviese enamorado Cool . ¿Se habría derretido ya, volvería a ver ese whisky?. - Gabriel... - Cerré los ojos, pues no podía seguirla viendo, escuchando. Saboreaba su ira, saboreaba su miedo, lo había saboreado siempre, desde su muerte. Esto era una locura, tenía que serlo, tenía que haberme tomado aquel vaso de whisky, y todos los demás, de modo que, nada de esto sería real cuando despertara en algún callejón, medio muerto, como siempre... Y apañado en la locura, siempre apañado en la locura, abrí los ojos pues estar así despierto empezaba a volverse un delirio de condenados. - Evans, te amo, aunque no deba... Te amo, aunque no pueda. Te amo aunque no este permitido, y solo volveré al mundo de los vivos contigo... - Y para la generaciones futuras solo quedaría el consuelo de que había respetado eso de "solo muerto diré..." Cool. - Para que puedas golpearme por esto, o pedirme tu misma, que borre todo esto, y juro que lo haré. - ¿había que hacer el llamado tentador, no? Cool

Solo que había una mujer que acababa de sonreír, pues quizás esta era la oportunidad para cumplir su única misión, el había cruzado el umbral, pero ella no dejaría que el regresara.
- Apártate, niña, deja que yo me ocupe de él.


Demasiadas tentaciones, tanto de dejarlo tirado Cool
Sus deseos son ordenes, ahí tiene usted a la suegrita Cool
Invitado

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El pasaje de la Ciénega de los Muertos Empty Re: El pasaje de la Ciénega de los Muertos

Mensaje por Invitado Vie Feb 27, 2015 7:31 pm



Una oscura sensación, extraña y cercana invadía a Gabriel por segundos, era un vacío insaciable que la estaba rompiendo durante unos instantes alimentadas por las palabras de él. Intuición más que nada supo de alguna manera que aquella mujer era la madre de Marcel y que ella no podría evitar que no se lo llevara porque... Gabriel era débil, ¿no?. Pero Gabriel quitándo el episodio del primo había tenido una buena vida, propia de la elite en la que no estaba acostumbrada a perder. Aprendió lo que era perder en ese instante, lo que sería perderle a él de verdad el vacío que eso dejaba en ella y aún, la revelación de que le necesitaba. Que siempre le había necesitado inconscientemente porque tenía la capacidad de no aburrirla. Entendió que la humedad de sus ojos al oirle decir aquello y el paro cardiaco no era miedo, era saber que ella tenía su hueco en él era tener la primera razón de peso por la que de la manera menos honorífica merecía la pena... marcar territorio Cool sólo por eso, merecía sacar el valor para lo que vendría después aunque eso significara culpalse eternamente por pecar de esta manera.

- Olvida algo...- Le responde Gabriel mientras alza su cabeza a uno de sus amigos fantasmas que al instante rodea a la mujer junto con cuatro fantasmas más que la retienen, pasa Gabriel por su lado.- Soy una bruja tú sólo eres escoria, disfruta de las vistas suegra.- Avanza tirándole un beso al aire hasta llegar a.... ellos dos.- Apártate mediohecho.- Dice sin mirarle a la cara en ningún momento clavándole la vista a su primo.- No pintas nada aquí, son mis asuntos. No deberías a ver cruzado esa línea porque lo que persigues aquí no está. Es ella la que te reclama no yo, yo te había abandonado esta noche. Había decidido quedarme con él para que tú pudieras ser feliz de verdad...- Ahora se gira a Marcel.- Pero como siempre, has tenido que venir a terminar de joderme pero esta vez la has cagadado. La has cagado pero bien...- Termina gritándole cabreada.- porque ya no hay escapatoría.- Dicho esto bola de energía al canto que teniendo en cuenta que estaba al lado del muro, debería ser suficiente para expulsarle de allí y que volviera al mundo de los vivos.... pero ella no podía irse no sin antes hacer su declaración de intenciones tan honorable, que debía ser a las espaldas de él Cool . Se gira a su primo.- Espero que como mi querido padrino de bodas no llegues tarde primo, a la señora Roth no le gusta que le hagan esperar...- Mira a la que ella intuye es la madre de Marcel.- Sólo por ti voy a encargarme que él sea feliz... Sólo por que existes tú no voy a dejar que le consumas, encantada de ser tú primera amiga.- Desaparece de aquel mundo con la certeza de que no volvería a ver igual desde entonces.

En algún momento abre los ojos pero se encuentra demasiado débil para apartarse de la órbita de él, finalmente consigue darse cuenta que de nuevo y como parece inevitable está en sus brazos...se permite volver a cerrar los ojos luchando consigo mismo entre el júbilo y el enojo. Ella acababa de entender que era libre, que no había ninguna razón por la que no poder hacer eso que tanto le gustaba... Estar cerca de él. Ahora mismo su cordura estaba demasiado tocada como para poder imponer un mínimo ápice de normalidad, era como sí se tratara de una vampira neofita que acababa de despertar al lado de su fuente de comida preferida... Estaba empezando a entender que quizás el asunto era tan sencillo como simplemente ir a cogerlo porque ella jamás iba a pagar ni una sola consecuencia... Era demasiado salvaje todo como para ser capaz de resistirse al menos aquella noche... No, se lo merecía. Se merecía un buen capricho, se merecía disfrutar de su primera noche de libertad y, ¿con quién mejor que él?. ¿Él que le había hecho entender cuál de libre era? Malo ¿Qué mejor forma de agradecerselo que hacer lo que desde hace mucho tiempo le apetecía? Ser capaz de besarle sin pensar en nada más...

Entreabre su boca para intentar decir algo pero sus manos ya están en el rostro de él, su mirada desvela que está en una especie de trance del que no quiere salir que reafirma cada delicada caricia el la piel de él, hasta que sus ojos descarados no se molestan en ocultar la luz que alcanzaban al refrejarse en los de él...- M-a-r-c-e-l...- Comienza con una sonrrisa traviesa y lo peor, demasiado inocente que sólo puede indicar que es verdad.- Deberías irte, dejar todo esto aún lado ahora que puedes.... porque yo no voy a pedirte que lo hagas...- Toma una mano de él y la lleva a sus caderas, permitiéndole así colocarse justo encima de él, sentada y rodeándole el cuello con sus brazos.- Vete, ahora Marcel... Lárgate...- Sus labios pasean por el cuello de él.- Porque ahora mismo me apetece ser de todo menos razonable... o quédate y ponme un buen vodka...- toma su barbilla.- porque lo vamos a necesitar... ya que no encuentro motivos para no llevarte a ese lugarzucho que tienes en oxford street y besarte, besarte hasta que consiga que estés tan desquiciado para que me lo cuentes todo de ti... Haznos el favor de no terminar de perder la compostura y vete, porque sino tendrás que ensenñarme tú vida en el mundo muggle. Cada lugar, lo que significa para ti... Los que te gustan los que no, el tiempo que sea necesario para que cuando volvamos al mundo de las cosas que tienen que ser simplemente pueda matarte... porque ahora estoy demasiado hambrienta como para ser razonable. Entre huída y huída siempre hay hueco para compartir carga la carga... Huye Marcel, enserio. Vete de una vez porque no creo que puedas... detenerme sí te quedas....- Desquiciada y como ida, en ese punto en el que se está a punto de perder el autocontrol... le agarra de las sienes y apoyando su frente en él...- Porque somos la tormenta perfecta y eso significa que caeremos una y otra vez...- Acerca aún más su rostro a él mientras muerde su labio...- Así que dime, ¿qué haces aún aquí?.- Le plantea arqueando una ceja, admitiendo que él es su perdición y que por una noche Cool iba a ser razonable Malo


Cuando leas dime porque puede que edite unas tropecientas veces xDDD
La última canción más realista y no existe Cool




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Invitado

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El pasaje de la Ciénega de los Muertos Empty Re: El pasaje de la Ciénega de los Muertos

Mensaje por Invitado Sáb Feb 28, 2015 12:02 pm

Aquello siempre se había desarrollado como una competencia, una competencia que había empezado por averiguar cual de las dos era la peor señorita del Cementerio Cool , una competencia que en la que ya ninguno de los dos sabía hacía donde se estaba dirigiendo, y en la que sin embargo, seguíamos concursando, sin pensar que quizás nuestros peores lados eran los que verdaderamente estaban concursando. Todas aquellas alimañas que siempre se habían visto opacadas por mi mismo en mi interior, se veían liberadas cuando Gabriel estaba presente. Todos aquellos seres que vivían en el inframundo, condenados, desde su creación, tenían la oportunidad de ver la superficie, aunque fuese solo por el instante en el que se encontraban cercanos a sus labios. Y sin importar que tan dañino fuese, o que tan en peligro nos encontráramos, alguno de los dos siempre continuaba con la competencia, terca e incesantemente, no había habido un solo encuentro en el que no existiese la obligación de continuar, ¿como podía siempre existir una nueva forma de arrastrarnos a la oscuridad? ¿cómo podían siempre crearse nuevas y avasallantes maneras... encontrar la perdición para todas y cada una de las cosas en las que creíamos, para todas aquellas cosas por las que se supone teníamos que vivir?. Solo entonces podía preguntarme, ¿había una verdadera Gabriel o yo simplemente disfrutaba justamente el hecho, de que hubiesen demasiadas? Cool .

Al momento de regresar al mundo real, estaba todavía en mi cabeza aquella sarta de locuras que acababa de decir, porque, ¿las acababa de decir no? ¿en un juego de dementes, fingir demencia, estaba permitido? Cool Pues no solo había sido participe de mi propia locura desenfrenada, sino también, ¿que había visto tras ese velo en realidad? Aquella débil mujer... ¿Había sido real? Era entonces cierto, estaba preso, condenado, a pesar de todo, el único que de verdad estaba condenado era yo, y siempre había sido así. Mi demonio era real, aquella jaula, jamás iba a irse, y realmente Evans siempre había sido libre, la ninfa libre que puede bajar al inframundo, pero para mi nunca había existido la opción de subir. Y sabiendo entonces que mi destino estaba en permanecer a oscuras, dirigiendo el inframundo sin escapatoria posible, una ateniana bajaba, resuelta, a echarsele encima a la muerte, y no dejaba espacio alguno sin cubrir con sus labios, decidida a tomar el precipicio como camino principal, y con esos mismos labios, sobre los de la muerte, le pide, que la deje ir... Ah, Por favor Cool ¿con quien diablos creen que están tratando, de que forma, podría el rey de los pecados, no dejarse llevar por su pecado más grande? Solo que esta vez, la muerte sabía que sin importar lo que hiciese no había salvación, solo que esta vez, había perdido la cordura de cuidarse.

Como siempre que ella reaccionaba de alguna forma, yo terminaba en el piso, esta no iba a ser la excepción Very Happy y sentada sobre mi había hecho lo que le había dado la gana sin que yo hubiese movido un músculo; los mismos todavía estaban tratando de contenerse, de negar la verdad que mis propios labios habían pronunciado. Como algo casi protocolar habían tratado de huir de sus manos, mi cuello había tratado de huir de sus labios, y mis ojos habían tratado de no enfrentarla, sin embargo, como balas rasantes que matan hasta las reglas de protocolo, una mano caníval se alzo hacía cuello, sintiendo cada pulsación de vida correr bajo mis dedos y en mis ojos la rabia de saberse convicto, el veneno de la duda que quizás podía ser solo objeto de su lástima para ella siempre libre, la pasión de tenerla tan cerca, ebrio de cada de una de sus palabras...

- Puedes tomarte todo el tiempo del mundo en desmenuzarme, sacar todo lo que puedas, en cada sesión de debilidad... - empiezo con aquel tono grave que solo indicaba problemas. - Pero, si no huyo, hoy y ahora, ¿y podrás aguantar...? - Una sonrisa virulenta se formo entre sus labios. - ¿... las manos de un medio hecho paseandose sobre tu piel? - Una mirada completamente hipnotizada observaba sus labios y mis dedos completamente resueltos de movían por su cuello, subiendo por su cabello, bajando por sus brazos, tocando sus labios, quemando cada bulbo olfatorio con el veneno de su piel. - ¿Soportarás que aquello a lo que solo podrías tenerle lastima en condiciones normales, controle una parte de tu existencia? - una de las manos se sitúa en su espalda para terminar de acercarla a mi pecho, no había un ápice de espacio vital que no estuviese profanado Cool pues justo en el aquel instante, la mire un instante antes de besarla, una y otra vez, justo como si fuese a decir que no, justo como si fuese la última vez... Como cada vez que me atrevía a besarla. - La verdadera tormenta... - Pausa jadeante. - La verdadera devastación... - La mano regresa su cuello, haciéndole más difícil respirar. - El verdadero peligro. ¿Caeremos en el ahora en La Ciudad de la Furia? Pues no puedo terminar de perder una compostura que nunca tuve. -


Tanto quejarse de Soda, y mirenla ahora Cool
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Mensaje por Invitado Dom Mar 01, 2015 7:06 am

Una cosa era ser libre y otra saber ser libre Cool No debíamos olvidar que sor Evans era una damita de la élite, artística pero damita de la élite igualmente por ende la represión era una cualidad a su ser, sí a eso unimos el hecho de tener un primo porculero obteníamos lo que allí se estaba apreciando... Toda una dama reprimida liberada que se encontraba demasiado escandalizada ante el atrevimiento de Marcel, sí atrevimiento Cool además de que el hecho de que cortara así su flujo de aire no es que ayudara demasiado a ser coherente no, pero claro, ¿de verdad se puede creen que se iba a avocar taaan pronto por el desmayo?, porfavor Rolling Eyes Cool

Demasiado azorada, tímida y... ¿ligeramente avergonzada? por toda la situación, siente el corte de flujo de aire como una salvación como una vía de escape que entre otras cosas le recuerda la importancia de respirar Very Happy pero ella se encuentra sumida en otra especie de trance al sentir como esa sensación que de él emanaba, esa especie de necesidad que parecía tener de saber que una parte de ella le pertenecía... pero, seamos francos ¿porqué iba ella a corraborarle algo así?, ¿ahora que podía disfrutar de la libertad? Tsk, sabía que de alguna forma sin decirlo pero haciéndolo tenía que dejar ver algo así pues era ese brillo en la mirada el que no podía permitirse perder cuando el mundo real se instaurara tenía que... ¿De verdad tenía qué?

Parece quedarse muda ante lo que él plantea aún avergonzada por el descaro de los labios de él y con la facilidad que los suyos les seguían, demasiado tímida para admitirse que le gustaba esa sensación primitiva de cómo sí el tratara de marcarla de alguna manera invisible para no olvidarle, cómo sí se intentara ganar la gratitud de su piel en silencio... Era algo extraño, quizás posesivo y enfermizo quizás sí... Pero le gustaba esa especie de conexión. ¿porqué sólo podía ser una conexión, no? ¿No era diferente a las conexiones que tenía con los fantasmas, no? Era un vinculo intenso sí, pero nada más ¿no? Porque se suponía que las leyes de la naturaleza prohibían que fuera algo más con... un mestizo, ¿no? No, no podía ser que... ¿no, verdad? Stres

Aún en silencio se seguía planteando sí quizás y sólo quizás... pero, ¿eso como se sabía?, ¿qué sabía ella de esos temas?, ¿cómo saber sí...? Quizás sí quisiera ver realmente, incluso ella sabría autoresponderse pero claro, Gabriel Evans no era de esas chicas. Era una artista para lo bueno y para lo malo... Así que mientras le viera a él en el mundo que ambos construían no entraría en esas crisis existenciales pero lo que el planteaba era algo... Real. ¿Podría ella?, ¿podría no ella?...

Es cuando empieza a agobiarse que le da un manotazo, para que presione menos su cuello pues se estaba empezando a agobiar porque había cosas que escapaban de su control pero no era capaz de irse, no después de aprender a disfrutar de esa sensación al besarle y sabiendo que en cuanto se fuera le comenzaría a doler la cabeza y entrar en dudas existenciales es que a esa reducida distancia encaja su rostro con sus manos en un vano intento de llamar al aplomo...- No y sí.- Le contesto no pudiendo ser más sincera.- Depende de dónde y cómo...- Intenta explicarse.- No lo llevo bien.- Era cierto, no lo llevaba nada bien.- Es anti-natural y sé que no debería, sé que esto no está bien...- Al menos algo de consciencia tenía (?)- Pero curiosamente caigo en todas esas cosas cuando no estoy demasiado cerca de ti...- Se encoge de hombros.- Me das asco, sí. Me da asco cuando tú sangre toca mi piel, me da asco cuando tú saliva toca mis labios y sí, sólo Salazar sabe lo sucia que me siento mis labios tocan los tuyos... sin saciarse.- Posa su frente en la de él.- Pero sigo porque no puedo evitarlo, no puedo evitar no querer curarte cuando te veo una herida, no puedo evitar no querer besarte cuando te tengo cerca... No sé sí soy capaz de aguantar mucho más tiempo tú presencia con tanta intensidad sin acabar desmayándome...- No puede no mirarle, no puede no demandar cada ápice de él, es algo que ella tiene la maravillosa habilidad de ignorar pero que clama cada centímetro de su ser, la necesidad de él inconsciente...- Caeremos... sólo sí esa ciudad la hemos construido entre nosotros.- Nosotros, que duro sonaba e..e- Ciudad, cementerio... llámalo como quieras pero que sea sólo de los dos...- El nerviosismo se dispara por el ambiente, consciente de su atrevimiento y es su timidez la que le hace bajar la mirada, consciente de que está muerta de la vergüenza y de lo débil que se siente ahora mismo.- No sé sí podré...- La conciencia era muy mala Nono.- así que supongo que sólo tratando de averiguarlo... obtendremos una respuesta.- Se esconde entre sus brazos, ocultando su rostro muerta no, lo siguiente de vergüenza porque no quería que malpensara porque recordemos que Evans era más pura que todo eso Cool. Sus labios depositan un beso en la mejilla del chico.- Puesto... que no veo mi vaso de vodka por aquí... ¿Dónde decías que me ibas a llevar?.- Y sí, señores ella quería sus respuestas. Ella quería hacerle hablar a él, saberlo todo de él y no iba a parar hasta conseguirlo.

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Mensaje por Invitado Dom Mar 01, 2015 9:39 am

Solo hacía falta eso: una pizca de duda, un ligero vistazo de normalidad, una ínfima parte de decencia, para hacer regresar el escepticismo al escéptico. Sin embargo, cuando la real locura empezó a ceder, me encontré con que la malsana cordura que normalmente podía ayudarme a alejarme de toda situación, no había regresado del todo. Tal parecía que esta vez había avanzado demasiado lejos, no había realmente vuelta al principio otra vez. Las reglas de el paseo inmoral en el que normalmente solo avanzábamos hasta la mitad del camino de nuestros propios mundos habían cambiado... Algo no había quedado en su sitio, y nunca quedaría nuevamente, pero ¿podía sorprenderme? El menos indicado, había elegido seguir a la estrella más voraz, solo que nunca me había llegado tan lejos. Sin embargo, basándome en las reglas del juego original, el asunto consistía como siempre, en asustarnos mutuamente, solo que ninguno de los dos, quizás, se daba cuenta que al asustarnos solo nos mostrábamos más y más a nosotros mismos, hasta resultar que Gabriel Evans era la persona que más había visto sobre mí: Y quería más. Ella siempre quería más. Y no era que yo estuviese perdiendo el juego, pues ella estaba más que aterrada: solo que mientras más aterrada estaba, más parecía querer quedarse. ¿Habíamos estado condenados desde el principio entonces? Cool Habíamos elegido mal las reglas del juego, tan mal, declarar un perdedor se había vuelto imposible.

Pero, a ciegas, todavía seguíamos intentándolo, pues solo en esos instantes podíamos no admitirnos la realidad. Solo jugando podía hacer tiempo para no verla realmente a los ojos. Solo jugando podía no dejar hablar a mis emociones. Y con cada partida, el terreno se volvía más difícil, pues con cada partida, los jugadores, actores y tramoyistas, se volvían más reales.

Antes de que la locura volviese a sobrevenirme, aproveche el manotazo para alargar la mano hacía uno de los cigarros que quedaban en la chaqueta. Al llegar a mi boca ya estaba encendido. No obstante, y como había podido suponer, cada calada ennegreciendo el oxigeno de mis venas, ya no proporcionaba ningún remedio, ya jamás sería suficiente; por lo que, cuando una droga no ayuda, solo empeora Cool con cada tímida mirada de sus ojos verdosos y con cada llamarada de cabello que rozaba mi piel, y eso solo podía significar un nuevo nivel de locura, un nivel de locura en el que mis mano no podían contenerse para responder a sus ojos, delineando su estructura osea tan lenta y delicadamente, como para disfrutar de la tortura de no querer profanar su timidez... Todo mientras la mente seguía moviéndose peligrosamente.

Me pregunte entonces, sí había alguna ley con la cual inculparme por llevar señoritas de sociedad a puebluchos muggles Cool
- Vamos a ir a donde realmente se encuentra mi hogar. - A estas alturas hasta yo mismo me podía sorprender de mis inclinaciones suicidas. - Vamos a ir a Cokeworth. - Casi pude escuchar los engranajes de la cabeza de Gabriel, chocando contra mi pecho, pues sabía de buena mano que las familias de alta clase solían contar historias de terror en torno a Cokeworth Very Happy , allá donde los magos sucios vivían allá... - Donde "ella" vivía. - Di unos pasos en derredor expulsando el humo, pues hacía falta valor para pretender llegar a un Evans a una expedición como aquella, así fuese meramente investigativa Cool - Allá podrás darte cuenta en realidad si no es más que lastimosa indulgencia lo que sientes por mí... - Con el cigarro en la boca me cerré la chaqueta, mientras una sonrisa que ella conocía tan bien como la del tramoyista acontecía mi rostro medio oculto por el humo. - Pues allá soy el mejor de los peores, mientras que aquí soy solo el peor de los mejores. ¿Viene usted, mademoiselle?. - El cigarro de apago entre mis labios antes desaparecer, y cuando el humo se disipo, solo quedo una mano, tendida elegantemente hacía "La princesa" por el peor de los mendigos.


Sí nuestra chica se atreve, postee usted allá Cool Posada o Camino, que son las partes mundanas, ya que desde luego vamos con la plebe Very Happy .
Invitado

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