Jardín Azul

por **Deathly Whims** Jue Ago 14, 2014 7:20 am

Al dejar atrás el Comedor, y recorriendo un pasillo iluminado por antorchas, podrás vislumbrar un pequeño Jardín, con numerosas estatuas danzantes en él hechas de mármol, y junto a ellas, el suelo se ve cubierto por pequeñas flores azules que recubren las paredes de piedra del mismo. Un camino de mármol parece estar tallado en el suelo, el cual te lleva a una pequeña isla entre las flores donde varias bancas de mármol parecen emerger del suelo níveo. Sin embargo, debes tener especial cuidado de no pisar las flores ya que bajo ellas suelen dormitar los leprechauns.

por Invitado Vie Sep 12, 2014 2:43 am

La inercia le había conducido hacia aquel curioso patio cerúleo, de alma irlandesa por los leprechauns que allí habitaban, por supuesto, sin realmente una causa de peso para andar sobre ese camino. Cargaba las manos en el bolsillo de sus pitillos negros y un ejemplar de El Rapsoda atrapado entre su antebrazo y su costado, diario de gran éxito en Irlanda dirigido por sus abuelos O'Coistealbha, conocido como 'El Profeta Irlandés' en tierras británicas, aunque desde luego bastante menos politizado y chapado a la antigua que su 'versión' inglesa. Él era, por supuesto, suscriptor, y lo sería incluso aunque no supiese ni leer por obligación familiar, e incluso había trabajado para el periódico unos pocos meses después de salir de Hogwarts, empleo adolescente sin nada relacionado con la redacción, únicamente cumplir ciertos recados bastante peliagudos. Ay, el negocio familiar... Aunque por algún motivo su familia había asumido que prácticamente seguro, la vida de Doug terminaría por fundirse más en la Gran Bretaña, al menos aquellos años.

Avanzó hasta la parte central del patio, dirigiendo sus ojos grises por el lugar, aclarados ligeramente por el tono perlado de su camiseta de manga corta, sencilla y clásica, y por el suelo, brillantemente claro y pulido. Todo estaba en paz, zarandeado únicamente por la suavidad de una brisa vespertina, con las hojas de las plantas agitándose al mismo ritmo que el viento hacía que bailasen sus ondas cobrizas. Sin embargo, la llegada de una figura masculina rompía la visión, tomando el mismo camino por el cual el irlandés acababa de llegar. ¿Que quién era? A mí me diréis, pero desde luego él lo sabía, puesto que en su expresión sobresalió media sonrisa lupina, de las clásicas, aunque, si se me permite, muy genuina.

por Invitado Dom Sep 14, 2014 8:13 pm

Hacía un par de semanas que la Academia había comenzado las clases en forma, y como no era de extrañar con todo aquel nuevo "auge" no era raro que hubiese bastantes personas pululando por allí, viejos conocidos sobre todo. Casi todo el tiempo libre que había tenido lo había pasado con Gabriel, pues hacía bastante tiempo que no estaban de aquella manera, vagando por corredores, cogidos del brazo (aunque eso era nuevo, ehé) y platicando del todo y de la nada.

Aquella tarde, se encontraba caminando solo, pues la susodicha pelirroja estaba en una de sus clases que él simplemente no podía comprender por su falta de vena artística. Avanzó por unos cuantos corredores sin apenas fijarse hacia donde lo llevaban sus pasos, doblando un par de esquinas hasta pasar de largo el elegante Comedor que ahora tenían hasta ingresar a un pasillo en los que había un radical cambio, dejando los candelabros de lado para pasar a las clásicas antorchas en las paredes y, que sin más, simplemente daban hacia el exterior, hacia el llamado Jardín Azul. Sacó las manos de la chaqueta que llevaba y cogió una de las florecillas que crecían sobre los muros cuando vislumbró aquella cabellera castaña-rojiza a lo lejos. Sus labios se curvaron hacia arriba ates de echarse a correr hacia el individuo, sin cuidar el posible ruido y sus pasos, y por ende el "peligro" de despertar a las criaturas que dormitaban por allí.

- ¡Heeeeey, Dougie! -chilló, un par de metros antes de llegar al irlandés, que se encontraba de espaldas a él y, estando a apenas un par de pasos de distancia dio un salto, colgándose en su espalda. El chico era alto, varios centímetros más que él por lo que no corría ningún peligro, y sabía bien que el chico era fuerte, aunque no lo pareciera de nada.

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