Sala Común Físicos

por Invitado Jue Ago 14, 2014 7:48 am

La estatua de una Daga de la cual prende una balanza, es la entrada a esta sala común. ¿El precio para mantener el equilibrio de la balanza? Sangre. Un pequeño corte en uno de los extremos y tendrás las puertas abiertas... ¿Un Consejo? Aprovecha el corte y guarda el resto de sangre en frasquitos de conserva.

Se trata de una sala bastante colorida pero sin sobrecargar la vista, con cómodos sofás, chimenea, un mueble bar, un pequeño billar, mesas de estudio grupales y una habitación que se encuentra habilitada para las mascotas de los estudiantes.

Al fondo una escalera de espiral que lleva a las habitaciones mixtas.

por Invitado Jue Oct 09, 2014 5:07 pm

No tenía mucho tiempo de haber llegado a la academia, los tontos y superficiales compromisos de sociedad la habían retenido fuera unos días más de lo esperado, y allí estaba, parada frente a la daga que servía de puerta soportando otro corte más para su extraña manera de dejarla entrar a su torre. -Ridículo...- Murmuró frotando la palma de su mano herida al atravesar la puerta, no tenía idea alguna de que habitación le tocaba, o quienes eran sus compañeros de dormitorio, a lo cual tenía escalofríos ya que el dormir en una habitación mixta se le antojaba tanto como a pincharse los ojos con una aguja.

Observando el decorado del lugar saludaba con un seco asentimiento a los rostros conocidos y desconocidos que la saludaban, que gracias a Morgana eran pocos, la sala no estaba tan concurrida, poco animada a ver su sitio de descanso o charlar busco un lugar solo en aquella nueva sala, junto a un librero de libros extraños con cubiertas curiosas y títulos estrafalarios, tomando asiento en un sofá amplio cogiendo el primer libro que encontró sin prestar atención a lo que tenía en manos, pero con el gesto claro de no querer compañía.

Los minutos corrían de manera rápida, el libro que en un comienzo sólo había tomado para escudarse de la gente tenía la mente de la castaña atrapada, “Vudú y su verdadera naturaleza. Control y magia sin tanta fanfarria” rezaba en la cubierta y con una posición recostada de lado devoraba aquellas páginas sin prestar atención a su alrededor.

por Invitado Lun Oct 20, 2014 11:05 pm

La nueva vida, la nueva rutina, el nuevo... todo era algo a lo que todavía no terminaba de acostumbrarse el rubio, pues aunque costase creerlo, el ambientarse a una nueva rutina y forma de vida le estaba costando más de lo que había imaginado, entre el ir y venir al Ministerio, tomar aquellas nuevas pero fascinantes clases y entre dormir en casa y allí en ese sitio extraño no terminaba de sentirse en su lugar.

Aquella mañana había tenido el día libre en el Ministerio, pues su jefe más directo había tenido que salir del país e ir hasta Holanda para atender algunos asuntos de los que no terminaba de enterarse del todo, pero que sí sabía con seguridad, tenían que ver -como todo últimamente- con el movimiento progresista y lo que éste estaba provocando en el resto del mundo mágico. Había pasado buena parte del día explorando los nuevos espacios que poseía aquel sitio hasta la tarde, momento en el que decidió volver a su nueva sala común para tomar un descanso y relajarse.

No bastaron más que unos segundos para que el chico posara su cerúlea mirada en la única otra persona que se encontraba en la sala y, aunque estuviese de espaldas, pudo reconocerla nada más verla. Aquella mueca casi sonrisa apareció en sus labios. Tenía tiempo sin verla, aunque estaban en contacto por lechuza, el tenerla cerca era algo que le hacía sentir siempre bien a Frost. Se acercó hasta ella en silencio, tratando de hacer el menor ruido posible para, una vez que estuvo detrás de ella, rodearla con sus brazos por la cintura.- Te he extrañado. -dijo en un susurro a la chica.

por Invitado Miér Oct 22, 2014 12:53 pm

El tiempo había transcurrido con tranquilidad, no había notado cuando la común se había quedado sola, el libro era más interesante de lo que esperaba, había cambiado de posición varias veces para terminar sentada casi al borde de la silla analizando una extraña técnica de control por medio de hilos rojos cuando los brazos y la voz de su novio la saco de su mundo de letras y maldades, pegando un salto el libro salió por los aires y la exclamación murió en su garganta con un sonido estrangulado. -¡GRISAM! – farfulló sonrojada, girando en los brazos de él para quedar de frente enlazando sus brazos al cuello del rubio, (y lanzando una bendición mentalmente a sus hermosos tacones por permitir alcanzar al enorme Frost), para después plantar un corto pero efusivo beso en labios del chico.

También te echaba de menos…- respondió sin soltarle, hacía tiempo que no estaba con él, y en sus momentos fuera del Ministerio y lechuzas aprovechaba para estar con él tanto como fuera. -Deja de darme esos sustos… Podría haberte lastimado… o tú a mi…Al menos hoy el libro salió lastimado…- miró a la víctima de su salto en el suelo con las hojas dobladas. Era gracioso el contraste de ellos como pareja, los caracteres, el trato, la crianza y las maneras, pero de alguna manera todas esas diferencias los habían llevado hasta este momento, una relación rara, pero más funcional de lo que se podría esperar.

-Pensaba que estarías en el Ministerio o con tus padres…-
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por Invitado Miér Nov 05, 2014 8:53 pm

La chica nunca tendría comparación alguna, era especial en muchas formas, y todas y cada una de ellas le encantaban al rubio, inclusive esa faceta en la que se encontraba en esos momentos, perdida en sus propios pensamientos. Al parecer se había sumido en la lectura de lleno, no percatándose de su presencia hasta que le abrazó por la espalda, dando como resultado un susto en la castaña que hizo que el libro aterrizara varios metros de su posición.

- Te conozco, Cam. Sé cuándo puedo hacer estas cosas -dijo a la chica con un tono más o menos gentil, uno que sólo salía cuando estaba con ella y su madre, y con Lucy en un par de ocasiones que denotaba un verdadero cariño.-, pero sabes que yo jamás te haría daño. Nunca. -ni siquiera con su nueva... "condición", o al menos de eso estaba seguro, que no sería capaz de lastimarla por nada del mundo.

- Hoy no he ido al Ministerio, mi jefe ha tenido que atender asuntos fuera de aquí y en casa ahora mismo no hay nadie. -respondió encogiéndose de hombros mientras colocaba una mano bajo su mentón, mirándola.-. Y yo creí que no te vería hasta dentro de unos días... -"Departamento de Misterios" era sin dudar el mejor nombre para ese sitio, inclusive los becados, como lo era Camilla, comenzaban desde entonces a verse forzados a guardar un montón de secretos y cosas privadas, además de estar ocupados por un tiempo indefinido que les dejaba incomunicados.- ¿Cómo has estado?

Siento la demora. e_e'

por Invitado Jue Nov 06, 2014 4:54 pm

-¿Tanto me conoces, cariño?... ¿Por qué tanta confianza en ello?- preguntó con un tono curioso y coqueto. Sabía que así era, él la había llegado a conocer mejor que nadie, en ocasiones que ella misma, al igual que ella podía saber que humor tenía o que pensaba con sólo mirarle a los ojos, como bien sabía escuchar cada tono o inflexión en sus frases, como en esa simple frase y en la siguiente. Lo miró unos instantes sabiendo a que se refería, suspiró y colocó sus manos en las pálidas mejillas de él.

-Exacto, sé que no me dañarías, Grisam. Nunca lo has hecho y no lo harás ahora…-murmuró creyendo cada palabra que decía, estaba al tanto, (al menos por su cuenta, ya que sabemos que el rubio presente no es que digamos una fuente de información), de la condición de su novio, investigando en el Ministerio, leyendo tanto libro encontrara y recolectando información buscaba de alguna manera poder ayudarlo, claro está que todo a espaldas del chico, ya que como buen hombre las frases “estoy bien” y “no pasa nada” no eran un buen incentivo para los nervios de la chica.

-Entiendo…- Asintió complacida del toque en su rostro, imitando el gesto con los hombros al escuchar lo siguiente descansó sus manos en el cuello de él acortando la distancia entre ellos.
-Pues sí, era así, pero termine con… Informes que tenía por hacer, así que me dejaron libre antes de tiempo… Sólo que tendré que marcharme en un par de semanas…- Frunció el ceño al recordar aquella fecha límite. Pese a que adoraba sus actividades, el entrenamiento y todo el conocimiento que estaba adquiriendo en el Departamento de Misterios, el estar lejos de la gente que amaba por tanto tiempo y sin poder comunicarse tan libremente como quisiera, (porque al ser becaria todavía su correspondencia era revisada al ser enviada o recibida para verificar que el Honorable Departamento de Misterios seguía siendo eso, un misterio).

-Estoy hecha un manojo de tensión, muy complacida de estar aquí…- le abrazó con fuerza para señalar el sitio al que se refería. –Y aliviada de verte… ¿Y tú?

No te preocupes, yo entiendo Guiño

por Invitado Jue Nov 06, 2014 11:58 pm

Miró a la chica con una expresión divertida, encogiéndose de hombros nada más, sin agregar nada. Conocía muy bien a la chica, así como ella lo conocía a él, se conocían mejor el uno al otro que a sí mismos.- No hay un porqué, simplemente así es. -respondió al cabo de unos momentos a la segunda pregunta de la chica. En verdad no había un porqué, simplemente lo había. El paso del tiempo y todo lo que habían vivido los habían llevado a esa situación.

Las nuevas palabras de la chica sorprendieron al rubio. Si bien no había hablado claramente con ella de su nueva... condición, Frost sabía que la morena lo sabía, aunque de sus labios jamás habían salido las palabras que lo confirmaban la actitud que tomaba cada vez que el tema salía, lo confirmaba, como en esos momentos, en donde los músculos del joven se tensaron de una forma bastante notoria. Desvió la mirada de la chica un momento para luego volver a mirar a la chica, asintiendo.- No lo haré, eso tenlo por seguro. Jamás te haré daño.

Escuchó su explicación sobre su pronto regreso y cómo es que volvería a desaparecer pronto. Al final asintió una sola vez con la cabeza mientras colocaba sus manos alrededor de la cintura de la chica.- Informes, por supuesto -dijo, poniendo los ojos en blanco. Eso que se lo fuera a decir a otro, pero no a él. Sabía a la perfección que informes era lo que menos hacía la chica, pero no se molestaría en preguntar por sus actividades, en aquel corto tiempo en que ambos había comenzado a trabajar había aprendido ya a que era inútil preguntarle a la chica qué hacía, y a decir verdad, hasta cierto punto prefería no saberlo. Mientras estuviese bien, el chico estaba algo, ALGO conforme.

Dibujó una de aquellas sonrisas cuando escuchó las palabras de la chica mientras le devolvía el abrazo.- Mejor, ahora que estás aquí conmigo. Bastante tranquilo en el trabajo, en estos días, así que me aseguraré de que tú también te olvides por completo de él para que puedes relajarte. -se afianzó más a la chica, estrechándola entre sus brazos.

por Invitado Sáb Dic 06, 2014 7:06 pm

Al sentir la tensión en él tomó aire tratando de no hablar de más sobre aquel asunto, si él no hablaba de ello no lo obligaría, pero tampoco iba a hacer como si no supiera del asunto, que sabemos no era una cosa sin importancia, frotó sus hombros besando su mandíbula varias veces tratando de calmarle. -Lo sé, Grisam, no dudo de ello, nunca he dudado de ti, ¿o sí?... Sé que haría todo por protegerte, y también sé que harías lo mismo...- murmuró a su oído abrazándole sin agregar nada más por unos momentos

Sonriendo le miró ante el tono que usó para hablar sobre su trabajo, asintió con una curiosa sonrisa que era más un "te lo aguantas" para no tener que decir más mentira sobre sus actividades poco ortodoxas y también poco seguras que involucraba su ultra secreto trabajo.
-Pues empieza desde ahora, eso de "nada de trabajo y más tu y yo" me suena a algo que me recetarían en San Mungo... O me lo recetaría yo.- continuo mientras se alzaba en puntas para besarle ligeramente sin perder la gran sonrisa que se colaba en sus labios, sonrisa que sólo tenía cuando el chico estaba a su alrededor, sonrisa que no tendría para nadie más.

por Invitado Dom Ene 25, 2015 9:05 pm

Ella le conocía bien, sabía cuando quería hablar y cuando no, y en esos momentos supo que él no quería hablar sobre eso. Al menos no ahí, no en aquel lugar. Si estuviesen en otro sitio, tal vez lo haría pues sabía que llegaría el momento en el que tendrían que hacerlo, sí o sí.

— Mmm... no —dijo tras unos segundos de reflexión—, no creo que hayas hecho eso jamás. Y yo, bueno, sabes que eso no pasa por mi mente ahora, y nunca más pasará —porque no iba a negar que hubo un tiempo -mucho tiempo- en el que apenas podían estar juntos. Una época que sin dudas los llevó, de alguna extraña manera, a la posición en la que se encontraban ahora.

— Sabes que no es bueno autorecetarse, ¿no? Y no estoy de acuerdo con ello... pero hay ocasiones en que se hace simplemente necesario —susurró con una minúscula sonrisa antes de corresponder a sus besos.—. Vamos. —musitó, tomándola de la mano para llevarla hasta uno de los sofás grandes, donde se sentó junto a ella pues no tenía sentido que estuviesen todo el tiempo de pie teniendo la sala para ellos dos solos.

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