Cuarto de Mascotas

por Invitado Jue Ago 14, 2014 12:41 pm

Habitación decorada con juguetes antiguos de la colección personal de la Condesa. No te dejes engañar, estos juguetes sí son reales y todos y cada uno de ellos se encuentran malditos. Aunque claro... ¿de verdad puedes creer que están allí?, ¿de verdad puedes fiarte de una Condesa que imparte Ilusionismo...? Piénsalo bien... No tiene pies ni escoba

por Invitado Sáb Abr 11, 2015 8:35 pm

¿Yume...? Susurré esperando no llamar demasiado la atención. Yume había seguido un ratón hacia el interior del castillo y ahora se había metido por algún pasadizo. La había perdido de vista, pero no había muchos lugares por los que se pudiera meter y había terminado aquí. Miré a mi alrededor con curiosidad, no había escuchado acerca de este lugar en la academia.

Entré con cuidado, lo que sí había escuchado era que había lugares del castillo que pertenecían a Cliodna y que en general podía tener consecuencias inesperadas cruzarse con ella. Por un lado esperaba que no fuera cierto, aunque una parte de mi sentí curiosidad al respecto.

Escuché un aleteo y Yume se había acercado a uno de los estantes y miraba uno de los juguetes con curiosidad. Silbé para llamar su atención antes de que tocara algo. Voló hacia mi hombro y suspiré aliviado, pero no estaba listo para marcharme de ese lugar. Caminé hacia los juguetes que mi halcón había estado observando, preguntándome que harían ahí esos objetos. No parecían encajar con el resto de lo que había visto en la academia.

por **Deathly Whims** Dom Abr 12, 2015 10:50 am

El señor Fihel como su mascota siente una agradable brisa de aire fresco mientras escuchan crujir la madera de aquel cuarto ante el movimiento de la mecedora que alberga una vieja muñeca sin vida... mientras un alegre payasocierra la puerta del cuarto... No pudiendo abrirse la puerta de ninguna manera. Comienza a sonar una caja de música de ubicación desconocida...

por Invitado Dom Abr 12, 2015 11:55 am

Esbocé una ligera sonrisa al sentir la brisa y ver como se movían un par de las plumas de Yume... Antes de fruncir el ceño. No había visto ninguna ventana abierta y la única entrada que podía ver era la puerta que acababa de franquear. Mi atención se dirigió a la mecedora con la perturbadora muñeca antes de escuchar la puerta cerrarse y ver al payaso. Di un paso hacia atrás cuando empezó a sonar la música. Quizás lo mejor sería salir de ahí.

Caminé hacia la puerta y traté de abrirla. Pero no tuve éxito. Saqué mi varita y la apunté al cerrojo para probar con un Alohomora, que no tuvo éxito. Bien, tendría que haber otra forma de salir. Escuché la música empezar y me di vuelta, con la espalda contra la puerta y mirando al payaso de reojo. "Yume, busca una salida." Respiré hondo tratando de mantener la calma, no podía perder la compostura...Al menos no hasta saber que estaba sucediendo.

Mantuve mi varita a mano y decidí buscar la fuente del sonido. Confiaba en que Yume volvería para guiarme si encontraba algo, pero no podía quedarme de brazos cruzados mientras esperaba. Preferí no pasar muy cerca de la muñeca, me daba mala espina.

por **Deathly Whims** Dom Abr 12, 2015 12:37 pm

La encantadora muñeca se mantiene estática mientras observa el vuelo de aquella ave y con sus apagados ojos observa los divertidos intentos del joven de salir de aquel lugar, sólo dos personas podrían sacarle de allí: La Condesa y el Conde que a saber dónde estaban. Todo apuntaba a que iba a pasar un rato con su nuevo amigo...

- Vaya, algo me dice que no sabes dónde te has metido.- La muñeca sonríe de manera terrorífica con su dulce voz angelical.- Deberías tener cuidado sí tocas algo... aunque sí quieres ser mi amigo te lo podía explicar mejor. ¿Quieres ser mi amigo?.- Se incorpora un poco en la mecedora.- Por cierto, me llamo Clodette. ¿ Y tú?. ¿Cómo te llamas?.- La muñeca le tiende su mano para completar la presentación.

Algo había en el ambiente de aquel cuarto que invitaba a salir lo más rápido posible pero, ¿barajaría la posibilidad el señor Fihel de que todos los juguetes allí presentes estuvieran malditos?

por Invitado Dom Abr 12, 2015 12:53 pm

Me detuve al escuchar una voz y me giré con cuidado, vaya la muñeca que no quería ni ver me hablaba, ¿cuales eran las probabilidades? Sarcasmo aparte, me acerqué un par de pasos a la muñeca, aunque no lo suficiente como para no poder saltar hacia atrás y lanzarle un Fiendyfire si saltaba hacia mí. Pero no haría nada drástico de momento.

Escuché lo que me decía con atención y miré su mano. Sacudí la cabeza ligeramente y me limité a una breve inclinación. "Puedes llamarme Malîk y me temo que mi religión prohíbe el contacto entre hombres y mujeres." Aparte del hecho que había mencionado que debería tener cuidado si tocaba algo en el cuarto. Imaginaba que eso la incluía. "Creo que podría ser tu amigo, Clodette. Sí me gustaría que me lo explicaras mejor."

por **Deathly Whims** Lun Abr 13, 2015 9:03 am

La tierna pero escalofriante muñeca toca las palmas emocionada porque tenía un nuevo amigo pero, ¿cuánto le duraría el nuevo amiguito vivo?.- Mientras la caja de música siga sonando estás a salvo pero cuando deje de sonar...- La terrorífica expresión de la muñeca pasa a una cara de gran tristeza.- Así que te recomiendo que aciertes bien con tus preguntas querido amigo sino pronto me harás compañía pues sólo el Conde o la Condesa pueden sacarte de aquí.- Su expresión de tristeza se torna como en el origen, terrorífica. La voz dulce y angelical se mantiene en todo momento.- Este es un cuarto de historias silenciadas... pero no por la Condesa ella en el fondo es la única que mira por nosotros. Este cuarto habla más por lo que calla querido amigo y todos a nuestra forma estamos condenados. No sé que te habrá traído a este cuarto pero pocos han salido vivos sin tener que pagar un precio...- La muñeca se torna rígida aunque ahora su voz suena por toda la habitación.- Estás en una prisión. Aquí se encuentran amalzenadas las almas de criminales, demonios y fantasmas oscuros... Almas tan escalofriantes que deben ser apartadas del mundo y recluida en el de los vivos porque su oscuridad podría apoderarse del mundo de los muertos y estos resurgir.- Comienza a reirse.- Perdona, hacía mucho que no hablaba con alguien y echaba de menos reirme. ¿Por dónde íbamos? Ah sí, estás en un cuarto de almas oscuras que sólo pueden mantenerse a raya a base de magia oscura... Según a veces puedo escuchar o más bien estas paredes me dejan oir los vivos os debatís entre conservadores o progresistas pero los que no se dan cuenta los conservadores es que la magia oscura cada vez se hace más fuerte y los progresistas sí. Es lo único según sé que les diferencia, eso de los muggles y los sangres limpias ya se hablaba en mi época... Es muy aburrido. La cuestión está en el poder y en saber que estos objetos jamás pueden ser destruidos y mientras han sido custotiados por otros que no han sido la condesa siempre han conseguido causar estragos...- Gira su cuello viendo como una sombra se acerca al chico.- ¡ TEN CUIDADO DE NO TOCAR NADA! ¡ ARAÑA!.- Chilla la muñeca de manera aguda.- Preguntas, porfavor.- Cloddete tenía toodo el tiempo del mundo para seguir contando pero, ¿tenía Fihel todo el tiempo del mundo de seguir escuchando? ¿No sería este un buen momento para preguntar por los miembros progresistas? ¿Fawley, Carrow, Greengrass, el Conde, la Condesa...? ¿Preguntas concretas mejor que información general?

por Invitado Lun Abr 13, 2015 9:42 am

Escuché a la muñeca con cuidado no podía estar seguro si me mentía o no, pero no tenía razón para dudar tampoco. Al menos lo que me decía sonaba coherente, era un problema no poder salir de ahí sin intervención de la Condesa o el Conde. Guardé silencio mientras consideraba mi situación, estaba en peligro. ¿Qué ganaría la muñeca al ayudarme? Parecía que mi tiempo era limitado y tenía que pensar como solucionar eso.

Noté como giraba el cuello y me giré mientras levantaba mi varita, aún lejos de los estantes y objetos como para tocar algo. "Lumos Máxima" Invoqué la esfera de luz para que se alzara sobre mí, no quería sorpresas en ese sitio. Prefería tener claro mis alrededores, esperaba que no le molestara a la muñeca. "Bien, gracias por la información Clodette. Creo que sí tengo algunas preguntas." Mi prioridad era mantenerme vivio, luego podría conseguir información sobre los progresistas o lo que hubiera escuchado Clodette, pero no era lo más importante.

"¿Cuéntame un poco de tí, también tendría problemas si te tocara? ¿Cuál es tu historia?" Hice una breve pausa para enfatizar que tenía interés en ella, después de todo era mi nueva amiga. Me preguntaba si el verdadero Mâlik calificaría como alma oscura. No era importante ahora... Al menos no inmediatamente. "¿Puedo hacer algo para asegurarme que la caja de música siga sonando?" Quizás era la pregunta que más me interesaba, pero quedarme en ese lugar para siempre no sonaba como una alternativa agradable.

"¿Hay algo que pueda hacer para que la Condesa o el Conde vengan o me permitan salir?" Esperaba que la muñeca no se molestara por mi intención de salir, pero por lo que decía ese lugar era mucho más peligroso de lo que aparentaba. Quizás podría volver y hablarle desde afuera de la puerta posteriormente, si se sentía sola, no podía prometerle que volvería a entrar al cuarto en todo caso. El riesgo era suficiente y no sabía si lograría salir.

por **Deathly Whims** Miér Abr 15, 2015 3:38 pm

La muñeca queda inerte unos instantes sin decir nada hasta que finalmente se pronuncia.- ¿Puedo fiarme yo de ti? ¿Estás seguro de haberme dicho tú verdadero nombre?.- Plantea astutamente aquella escalofriante muñeca.- Verás una relación de confianza se basa en verdades, quizás ya estés ante el verdadero peligro. Quizás da igual sí esa estúpida caja de música deja de sonar y da igual que toques o dejes de tocar algo de esta habitación porque ya estés maldito.- Se incorpora de manera aún más escalofriante hacia delante y sigue planteándole serias dudas.- Aunque pensándolo mejor quizás nada de esto es real pues te recuerdo que estás en el cuarto de la Condesa, tú profesora de ilusionismo quizás esté jugando con tú mente. ¿Podrías poner tú vida en sus manos? ¿Confías en ella?.- Se vuelve a rescostar.- O quizás me vendo al mejor postor y sólo sí tienes algo que me interese pueda ayudarte... ¿Qué me ofreces, joven?.-

Aquella muñeca dejaba entrever que sabía más cosas de las que aparentaba y que estaba claro que quería algo a cambio. Por otro lado no apartaba su vista del pájaro de Fihel además de que le había rebelado su soledad... ¿Encontraría Fihel la manera de convencer a la muñeca de ver su pájaro sin que este perdiera el pájaro y todo antes de que la caja de música dejara de sonar?

por Invitado Jue Abr 16, 2015 12:02 am

Asentí con la cabeza cuando preguntó si podía fiarse de mi, en realidad sí podía, solo no de mi nombre. "Puedes confiar en mí, haré lo que digo y diré lo que pienso. Ni más ni menos. Los árabes creemos que al decirle tu nombre verdadero a un espíritu le das control sobre ti. Hasta ahora me temo que aunque me gustaría poder confiar en ti, esta situación no me da ninguna tranquilidad. Yo maté a Mâlik para vengar a mis padres y según mis creencias su nombre ahora me pertenece. No es mi nombre verdadero pero sí es uno de mis nombres." El resto de lo que dijo reforzó mi posición, finalmente me encogí de hombros y miré a la muñeca, aún manteniendo la distancia entre ambos.

Me encogí de hombros cuando dijo que daba igual si la caja dejaba de sonar o si tocaba algo. Quizás ya estaba maldito. "Quizás así sea. Y de ser así no pierdo nada con intentar mantener la caja sonando e intentar salir de aquí." Escuché cuando mencionó que podría darle a cambio y vi como miraba a Yume, perderle estaba fuera de la mesa, al menos si no era absolutamente necesario. Metí la mano en mi morral y saqué un pequeño cuaderno. La tapa estaba deslucida por el paso del tiempo pero era de un buen material y no parecía que fuera a desmoronarse. "Mi madre llevaba un diario cuando era soltera, escribía pensamientos, versos y lo que descubría en sus recetas. Es de las pocas cosas que tengo de ella. Hace mucho que no lo abro pero lo cargo conmigo desde que lo encontré. Me hace sentir que está apoyándome." Acaricié la tapa del librillo con cariño antes de mirarla, aún considerando lo que diría.

"Cuando desapareció me escabullía a su habitación y lo sacaba sin que mi tío se diera cuenta. Bastaba con leer algunas páginas para dejar de sentirme solo. Era buena escribiendo." Suspiré y miré a Yume. "El halcón fue un regalo y aunque es mi mascota su vida no me pertenece como para ofrecértela. Si hubiera forma de garantizar su seguridad con gusto le pediría que viniera a verte regularmente, a hacerte compañía. Pero no puedo hacerlo si ella siente peligro o no está de acuerdo. El hecho que siga volando ahí arriba me dice que presiente que lo que hay en este cuarto es peligroso." Su especie podía mantenerse en el aire por horas, por lo que no me preocupaba ese detalle. Pero si no salía de ahí no significaría mucho.

Sabía que ella intervendría si consideraba que algo me atacaba, pero prefería que no lo hiciera. Probablemente yo podría resistir algunos golpes más que ella. Tenía huesos de ave, después de todo. Había algo que no había contestado aún y era porque no tenía una respuesta concreta. Elegí mis palabras con cuidado. "Creo que podría ponerme mi vida en las manos de la condesa, pero quizás no confiaría en ella del todo. Por lo que he visto prefieren mantenernos con vida, los efectos secundarios y las maldiciones de lo que pasemos es..." Hice una pausa y me llevé la mano a la placa de plata. Es cierto, tenía algo más que ofrecer.

"Recibí un don algo oscuro en el torneo. Lo he sentido correr por mis venas en los duelos y al recordar mi pasado en mis pesadillas. Es una voz que me susurra lo fácil que mi lado oscuro podría consumirme si solamente me entrego a esos impulsos. No es algo extraño para mí, desde niño he tenido ideas así, pero sólo cuando presenciaba mi sangre y por lo general no lo recordaba. Si lo quieres y el cuaderno no es suficiente es tuyo a cambio de ayudarme salir de aquí con vida y a salvo, Clodette." No tenía nada más que ofrecer de momento y no sabía lo que la muñeca buscaba. Esperaba que los anzuelos que había dejado en la conversación fueran suficientes para sacarle algo más de información sobre mi condición actual, no podía perder la esperanza.

por Invitado Miér Mayo 06, 2015 3:29 pm

Sólo una verdadera razón de peso podía hacer que la exelentísima Condesa dejara a un lado su partida de pócker en el más allá para atender un asunto del más acá pero aquella muñeca, era suficiente motivo como para acudir a la Academia para... no desgraciar más de lo que está a aquel alumno, alumno no santo de su devoción pero a fin de cuentas alumno. ¿Existiría en el mundo algún alquimista que le cayera bien? Problabilisticamente imposible, según parecía...

La Condesa deja que la oscuridad de aquel lugar, la delicia de la magia oscura cale aún más en los huesos de Fihel antes de irrumpir en la sala. Un haz de luz violeta abre la puerta de la habitación...

Mortuis Lux Lucem Viderit - Un poderoso haz de luz blanca indunda la hasta ahora oscura estancia ante las palabras repetidas de la Condesa que en ningún momento se digna a mirar al joven.- Salga de aquí ahora mismo y vaya a ver al señor Carrow. ¡ YA!.- Ordena con una autoridad desconocida hasta ahora en la Condesa a aquel alumno mientras sigue repitiendo las palabras una y otra vez mientras que de la muñeca, Cloddette comienza a emanar una luz negra que parecía luchar contra la luz blanca que emitía la Condesa...

por Invitado Miér Mayo 06, 2015 5:12 pm

No escuché respuesta alguna de la muñeca porque al momento una luz fuerte de tono violáceo irrumpe en la habitación al tiempo que escucho la voz de la Condesa. Bien, parecía que me habían rescatado. Miré una última vez a Clodette al escuchar el tono imperativo de la Condesa.

Me giré para mirar a la dueña del lugar e hice una breve inclinación antes de entrecerrar los ojos para protegerlos de la luz brillante. Algo me decía que no querría estar en medio de lo que iba a suceder y me apresuré a silbar antes de salir del lugar con la premura que las palabras de la Condesa me indicaban. Yume me siguió a través de la puerta y me dirigí al despacho de Miracle, esperaba que estuviera ahí.

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