Artículos de Calidad para Quidditch

Me reí al ver a un joven, de más o menos la edad de mi hermana la borde (Ni siquiera soporta bien la bromas la enana. No tiene idea de lo que se pierde), medio babearse con el nuevo equipo, el recién llegado que ya probé, y por el que me decidí para mi hermanita. Solo espero que no se vaya a lastimar... con la velocidad. Nah, de todas formas mamá no tiene por qué saber que su hija pequeña se va a subir a una super escoba comprada por su hermana mayor más iresponsable que piensa hacerla practicar y jugar con ella sin su presencia ni permiso Las cosas estarán bien, total, la enana sabe cerrar la boca cuando no le preguntan. Si le preguntan... Ya veremos, pero mientras no le pregunten no hay problemas. Y cualquier cosa, alguna excusa buena para convencerle de que no se sienta culpable y no desembuche todo encontraré. No es tan difícil.

Vuelvo a mirar al enano que sigue babeándose contra el vidrio preguntándome si así me veía to de pequeña, antes de poder comprarme mis propias escobas, cuando me arreglaba con lo viejo y lo que papá podía comprar. Ella diría que me veía mucho peor, pero a saber. Por un momento, al verlo, me sentí tentada de jugarle una broma apenitas de pesada, pero me contuve al pensar que ni le conocía, que seguía siendo un niño... Y que ya no quedaba bien hacer esto en lugares públicos y así de conocidos. A ver si me terminaban sacando. En cambio, solo volví a reír bajo, me acerqué a él y puse un pañuelo bajo su boca, como si recogiera sus babas. -Oye, sé que es un equipo bonito, pero no te vayas a deshidratar. -Bromee, esperando que no se lo tomara a mal. Por más que a veces no me saliera como deseaba, no era mi intención ofender, no generalmente.