Residencia de los O'Connell

por Invitado Mar Sep 02, 2014 8:33 am

Residencia de los O'Connell
● Bristol, Inglaterra, Reino Unido ●
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Vivienda de James

Localización
If you want to find me, follow me
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En uno de los barrios más antiguos de Bristol está ubicada la residencia de los O'Connell.
Consiste en una urbanización de residencias unifamiliares de dos pisos, dos dormitorios,
una cocina, un salón, dos baños y un pequeño jardín en la parte de detrás. James duerme en la
parte de arriba, en una habitación cargada de recuerdos y cosas. Su ventana da a la calle,
y hace las veces de puerta principal cada fin de semana por la noche.

Habitación de James
This is the way I am. If you don't like it, stay out of my way.
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Es una habitación pequeña, pero tiene miles de cosas que James colecciona.
Desde fotografías analógicas hasta botellas de ginebra de hace años, pasando por zapatillas
desgastadas, recortes de revistas, cds y vinilos, una televisión y la guitarra acústica negra
de James. Es un caos perfectamente ordenado, como a él le gusta llamarlo.

por Invitado Jue Sep 04, 2014 8:16 am

FLASHBACK, MARZO DE 2014 - BRISTOL

Aún no podía creerme qué estaba haciendo aquí con Chopo. Chopo era un mote que le venía que ni al pelo, teniendo en cuenta el por qué había venido a mi casa. Todo surgió con el estúpido trabajo de herbología del mes anterior. Me quedé sin pareja por llegar tarde y me endosaron a esta chica, Choporía. Perdón, Sophoria. Chopo. Entre gotitas por aquí y replantar cosas por allá acabé hablando con ella de plantas. Bueno, de plantas, de mi planta. Y es que Bob no crecía, y estaba preocupado porque a dónde íbamos a ir si no tenía frutos en dos meses. La vida estaba cara y ahora hasta las drogas eran caseras.

Sea como fuere, invité un fin de semana a Chopo a casa. Mis padres estaban de arriba a abajo y no saben quién entra o sale en casa, por lo que no era un problema que se quedara. Es más, en todo el fin de semana no descubrieron que estuve por allí. El viernes por la tarde me aparecí con ella en un callejón cercano a mi casa, no fueran a pillarme un puñado de muggles a plena luz del día. Caminé a su lado, marcando el paso y la dirección. - Es aquí -.

Abrí la puerta y para mi no sorpresa la casa estaba vacía. Un olor a café recién hecho bañaba toda la planta de abajo, llevaría así desde por la mañana. Invité a Chopo a pasar y subí directamente a mi habitación. Ella no era la clase de chica con la que me solía juntar, demasiadas injusticias y cosas le preocupaban*, sin embargo iba a ayudar a Bob y realmente Bob necesitaba una mano experta. Además, ella saldría ganando si conseguía que Bob creciera, los frutos podría probarlos. Se me hacía raro subir por las escaleras a las cuatro de la tarde, cuando normalmente venía a las cuatro de la mañana (como pronto) tratando de colarme por la ventana sin acabar con un hueso roto, otra vez. Abrí la puerta de mi habitación y la invité a pasar cortésmente. La ventana estaba abierta, por lo que supuse que mi madre habría estado ventilando. No la cerré, pues el aire limpio y la luz eran buenos para Bob.

- Aquí está - dije apoyándome en la mesa llena de papeles, tabaco, un par de latas de cerveza y una caja de pastillas usada - Las pastillas no son ilegales, lo juro - dije mirándola de reojo mientras se acercaba a donde yo estaba - Bob, Chopo. Chopo, Bob - Bob estaba un poco mustio, y temía que ella no pudiera ayudarme a que sobreviviera. Necesitaba a Bob, más bien necesitaba el fruto de Bob. Me separé de la ventana y me llevé las manos a la cabeza, estirándome a la vez que bostezaba - ¿Y bien? ¿Cómo lo ves? - pregunté mordiéndome el labio inferior.

He contado como si aún no se hubiesen liado, porque eso pasara la noche cuando salgan, vamos esta, ¿no?

por Invitado Jue Sep 04, 2014 9:28 am

-Esto es tremendamente emocionante ¡Jamás había estado en una casa muggle! Podré estudiar todo lo que hacen en contra de la madre Tierra y castigarlos luego por ello-dije con voz algo sádica, mientras seguía escaleras arriba a mi compañero de clase. Todo había comenzado de un modo muy extraño. En general la gente de mi curso no quería ponerse junto a mi en Herbología, pues no era la primera vez que les pegaba un palazo si rompían o dañaban una sola hoja. Los dones de la Madre Tierra no estaban ahí para ser despreciados como una mera asignatura, si no que eran seres vivos a los que respetar, cuidar y mimar. Quizá era ese el motivo por el cual en un principio Cook se había mostrado receloso pero al ver mi habilidad para con las dulces criaturitas de la Diosa había decidido invitarme a ver una planta que al parecer estaba, lenta e inexorablemente, condenada a la muerte. Suspiré al entrar en la habitación del chico, ya veía el problema donde estaba aún sin haber visto la planta. Di uno cuantos pasos hacia donde estaba su planta, Bob. Y cuando la vi me quedé horrorizada:

-Está claro que no tienes ni idea de botánica ¿¡CÓMO SE TE OCURRE CULTIVAR UNA MALDITA PLANTA SI NO SABES DIFERENCIAR ENTRE TIERRA Y ABONO!?-pregunté crispada y con una mala leche que me hacia capaz de poder levantar la Torre de Pisa si fuera necesario. Lo aparté de un empujón y me dediqué a la planta mientras, algo más tranquila al entrar en contacto con algo natural, le iba explicando lo que le pasaba:

-La planta en sí está bien... Son unas buenas semillas y resistentes...-dije mientras tocaba el tronco de la mustia planta. Casi parecía que me estaba comunicando con ella. Alcé la mano y cogí a Cook para acercarlo a mi y que viera lo mismo que yo, y, ya de paso, darle unas cuantas lecciones de botánica- Comenzaré por el principio ¿Vale? En primer lugar, la marihuana tiene dos tipos: La Satiba y la Indica. Tu aquí tienes un ejemplar de Satiba, que son plantas mucho más indicadas para exteriores, de modo que deberías ponerla en un lugar con una mayor ventilación y una maceta más grande, ya que sus raíces son más profundas que las de la Indica, que en realidad es la que deberías tener. En segundo lugar ¿Ves lo marchitas y dobladas que están las hojas? Es porque no tienen la humedad suficiente- cogí la planta y la puse en el alfeizar de la ventana- ¿Cada cuanto la riegas?

por Invitado Jue Sep 04, 2014 4:15 pm

Retrocedí con el empujón y alcé las manos para que se tranquilizara - Alto Madre Tierra, que la ira no te sienta bien - llevaba dando clases con ella meses y aún no había pillado esa ira-felicidad que gastaba de dos minutos en dos minutos. Sin embargo, era sexy. Rodé los ojos. No era desordenado, solo que tampoco era ordenado. Además, las plantas son seres vivos, algo inteligentes serán, ¿no? Continué mirándola desde mi posición. Admiraba la planta como si de un humano más se tratase. Pues sí que... La verdad es que era una chica rara, pero rara. Sin embargo me estaba haciendo aprobar herbología y eso era bueno. También era simpático, pero aquí sabemos que necesito más aprobar que amigos.

Comenzó a hablar de tipos de marihuana. Sí señor, tipos. Yo solo quería fumar y colocarme. Sabía que había bastante tipos, y sabía cual había cogido. Ea, de ahí a saber que se cultiva mejor en exteriores, no. Mis dominios de botánica eran nulos, y de ahí que Chopo fuera mi compañera. Me acerqué de nuevo, recostándome a su lado. Acerqué la cabeza y seguí su explicación con interés. Pero interés de verdad, no como el de clase. Ese interés era inter-meh - Vale, la maceta no es un problema. Abajo en el patio hay un par que están sin usar - chasqué la lengua - Cuando estoy en casa a menudo, cuando no, no - la miré alzando las cejas para terminar con una sonrisa divertida. Todo tenía sentido. Me encogí de hombros - Mi madre se supone que es la que tendría que estar regando cuando no estoy en Bristol, pero ya ves cómo está - acerqué una mano a una de las hojas mustias - Ay Bob, nadie te quiere en este antro - suspiré.

Me di la vuelta y apoyé el culo en la mesa, quedando de espaldas a la planta que en ángulo para seguir hablando con Chopo - ¿Entonces? Necesito a Bob, pero en Hogwarts es imposible tenerla sin ganarme una expulsión - otra vez. Acerqué una mano a su hombro y la apoyé delicadamente, casi de forma sensual - Madre Tierra, dime que sabes qué hacer -.

por Invitado Jue Sep 04, 2014 4:54 pm

Alcé los ojos hacia el cielo, pidiéndole a la Diosa que me diera paciencia con aquel muchacho ignorante de la botánica general. No terminaba de acostumbrarme a sus modales rudos más siendo una persona tan sensible a los cambios como era. Aunque la verdad, el hecho de que el chico manifestara un breve repertorio de emociones hacía que no sintiera continuamente la necesidad de ponerme a saltar de emoción ni nada por el estilo, lo cual era una ventaja a la hora de trabajar en pareja. El hecho de que James me prestara atención mientras hablaba me llamó la atención pero me hizo sentir satisfecha. Si bien no tenía ganas de ser profesora de mayor, si que podría soportar el ayudar a la gente con sus problemas con las plantas y de este modo hacer un mundo mejor y más sano. Asentí a lo que me dijo y me dirigí a él sin mirarle:

-Baja a por ellas a ver si hay alguna de un tamaño aceptable- me quedé continuando mi diagnóstico. Cuando llegó, me digné a mirarle aunque lo único que tenía ganas era de comenzar a gritar como una auténtica maníaca. El problema no eran las macetas que traía en la mano si no lo que acababa de decir. ¿Alguien osaba si quiera dejar morir una planta? ¿De veras? Jamás en mi presencia- ¿Me estás diciendo que esta planta podría haber MUERTO por culpa de la cabeza loca de TU MALDITA MADRE MEDIO MUGGLE? ¡JURO QUE LA VOY A MATAR!-dije dirigiéndome echa una furia para cumplir mi cometido como paladina de la Madre Naturaleza. Pero de nuevo sus palabras me pararon en seco- ¿Y A TI COMO SE TE OCURRE DECIRLE ESO A LA PLANTA? ¡LA VAS A DEPRIMIR!-me tiré de rodillas donde estaba ella y comencé a hablarle en voz baja, cosas bonitas y alegres, como que estaría ahí para cuidarla y que nunca le pasaría nada. Cuando acercó su mano a mi hombro a punto estuve de coger y arrancársela pero me contuve. Menos mal que estaba yo aquí para salvar a esa pobre planta del martirio de un dueño incapaz para con las plantas:

-Se hacer muchas más cosas de las que te imaginas Cook, y probablemente mejor que cualquiera que conozcas. Todavía no he terminado de decírtelo todo. Además de humedad le falta espacio. Haz plantado demasiadas semillas y eso la hace crecer más lenta y raquítica. Además el color amarillento que tiene es porque necesita un fertilizante rico en nitrógeno, por lo que te propongo hacerlo ya todo, trasplantarla de modo que esté mejor y plantar las semillas que no han nacido aún. Esta noche me quedaré aquí a dormir para ver como está mañana.-el tono utilizado era el de "No hay lugar a discusiones, se hará esto y punto". Mientras pensaba en como hacer para que tuviera un espacio acondicionado mientras estaba en Hogwarts, pero de momento no se me ocurría nada.

por Invitado Jue Sep 04, 2014 5:07 pm

¿En los diccionarios existe el término "estar como una puta cabra y dar un miedo sobrehumano"? Porque de aparecer su cara estaría junto a la primera acepción, y esta sería su nombre. Lo dicho, no terminaba de acostumbrarme a aquella efusividad, buena o mala, tan de pronto. Rodé los ojos mientras se ponía a decirle cosas a la planta. Parecía un ritual indio, solo nos faltaba la pipa de la paz. Bueno, mejor no. Si esta muchacha es así normal no quiero ni imaginarme cómo será drogada.

Comenzó a hablar de nuevo, esta vez más calmada, y la escuché sin hacer ningún comentario. Todo lo que decía tenía sentido y sí, además, pensaba hacer ella todo el trabajo mejor que mejor. Ya que está y saber hacerlo bien, ¿por qué no iba a aprovechar? Sin embargo, al final del monólogo dijo algo que hizo que mi expresión cambiara por completo. Se me iluminó la cara. Me encantaba cuando una chica decía cosas que seguramente no quería decir, pero que malinterpretaba con ganas - Si quería estrenar mi cama no tenías más que decirlo, sin rodeos - me acerqué a la cama de espaldas y me dejé caer, sin dejar de mirarla. Alcé ambas cejas y la miré, desafiante. Con los brotes pseudo psicóticos que sufría no sabía que esperarme de los siguiente minutos. A lo mejor acababa contra la pared y todo Cool

por Invitado Jue Sep 04, 2014 6:06 pm

Mientras explicaba todo lo que debería haber hecho, miraba hacia Cook e inevitablemente y como cada vez que lo miraba así, lo veía de otro modo. Nunca me había parecido un chico guapo, hasta hacía ahora un par de meses. Y seguía, de manera consciente sin verle atractivo alguno, pero una cosa es lo que la razón dicta y otra lo que el corazón siente. No veía modo alguno de hacérselo ver por lo que siempre había optado por la solución fácil: No decírselo. Y es que no había nada Gryffindor en mi interior. De modo que aquella proposición indecente me pilló totalmente desprevenida y con la guardia baja, y lo único que se me ocurrió fue levantarme de donde estaba e ir andando hacia su cama contoneando la cadera y mordiéndome el labio, aunque probablemente no para el propósito que el chico esperaba:

-Pretendía esperar hasta esta noche pero... Ya que me lo pones en bandeja... Espero que a tu madre no le importe escuchar mis gemidos-dije mientras me colocaba a horcajadas sobre él. Me incliné poco a poco hasta que nuestras narices quedaron rozando. Y en el instante en el que parecía todo perdido para mi honor, le pegué una leche en la cabeza- ¡PREOCÚPATE MÁS POR LAS PLANTAS Y MENOS POR TU PICHA BRAVA, HOMBRE! Ven a ayudarme.

Me incorporé de un salto y me dirigí de nuevo hacia la maceta. Necesitaba su ayuda si es que quería aprender, y aunque me dolió tener que separarme de él tras un primer contacto relativamente íntimo, me preocupaban más las plantas que yo misma. Quizá era el último día para Bob y sólo yo podría salvarlo.

Perdón por lo cutre del post >__< Puse que ya estaba enamorada de él desde hacía un tiempo, no sé si te importa jaja

por Invitado Vie Sep 05, 2014 1:44 am

Cuando la vi contoneándose de aquella forma y mordiéndose el labio he de decir que me dio un no se qué. O me puse cachondo, no lo sé. Se acercó hasta donde estaba y muy sinuosamente se apoyó sobre mí, con las piernas rodeándome. No podía dejar de mirarla entre asombrado y deseoso, pues lo último que hubiera pensado de ella habría sido eso. Pero oye, quién era Cookie para rechazar semejante jugosa oferta

Cuando su nariz rozó la mía aún tenía los ojos abiertos, y a punto estuve de lanzarme y morderla el labio. Sabía que en cuanto pasara lo más mínimo entre los dos de esa cama no salíamos hasta el día siguiente. Sin embargo, y ese fue el momento donde el brote psicótico apareció, acabé recibiendo un cabezazo de los lindo - ¡Coño Chopo! - dije cuando se separó y se levantó de la cama. Comencé a frotarme la frente con un ojo semi cerrado, mirándola. Volví a sonreír en cuestión de segundos - Te haces la dura, pero sabes que no puedes resistirte - alcé ambas cejas y la guiñé un ojo - Vale, vale, lo dejo estar por el momento. Todo sea por Bob - me levanté y me volví a acercar a la plantita, que seguía tan mustia que daba pena. Pero no la dejaría morir, claro que no. Esta vez saldría adelante y con la mejor mercancía posible. Me froté las manos y la miré - ¿Qué quiere la Madre Tierra que haga por la naturaleza hoy? -.

por Invitado Dom Sep 07, 2014 7:16 am

Que los espíritus de la tierra me asistan. Aquel chico iba a terminar por volverme loca de todas las maneras imaginables, buenas y malas, agradables y desagradables. No sabía donde me había metido al ir a aquella casa, pero si que tenía claro que no sería capaz de resistirme de nuevo. Mientras él me increpaba por el cabezazo, yo pensaba en qué era lo que me gustaba de él. Todo y nada. Al mismo tiempo. Era una sensación tan contradictoria que no era capaz de explicarla con palabras, de ningún modo podría hacerlo cuando ni siquiera comprendía que me pasaba por la mente y en el cuerpo. Si el deseo fuera algo que nos tiñera de colores, ahora mismo sería un arco iris andante. Sonreí cuando me dijo que me hacía la dura, no sabía que en realidad bajo aquella coraza me derretía por él y porque me volviera a tocar, aunque fuera tan sólo un roce, pues con sólo eso me sentía tan feliz como para ponerme a proclamar a los cuatro vientos dicho sentimiento:

- Que gran desenfreno de hormonas tienes, Cookie, pareces la explosión de vida que nos regala la Diosa en primavera-comenté riendo- No caeré ante tus.... Encantos ocultos, por llamarlo de algún modo, no me has mostrado ninguno-con un mohín de disgusto concluí la intervención. Me decía a mi misma que me movía por terreno peligroso y en realidad, el hecho de que él en mi solo viera un polvo mientras que yo veía un hombre al que querer me llenaba de tristeza. Pero no creía que fuera a pasar nada... Confiaba en mi fuerza de voluntad, aunque a veces, lo que pide el corazón no coincide con lo que la razón demanda.

-Bien, Galletita, necesito...- Que me beses- Necesito una pala, tierra, y algo de conversación-aquello último no era imprescindible, pero creo que era el mejor momento para conocerlo un poco mejor. No podía decirle háblame de ti, pero siempre había tenido curiosidad por como vivía alguien tan diferente a mi, de una clase social completamente dispar y con el hecho de ser un mestizo.

por Invitado Dom Sep 07, 2014 9:05 am

Alcé las cejas de nuevo. ¿Encantos ocultos? Podría haber hecho un comentario al respecto, pero habría terminado mal y no. Aunque hubiese sido un gran ~~y basto~~ comentario Le resté importancia con la mano y continué mirando a Bob. No era la primera vez que cultivaba marihuana, pero sí la primera que lo hacía solo y en un interior. Por mucho que tuviera la ventana abierta y el sol dándole de lleno unas cuantas horas al día, el estar en una maceta hacía que no fuese como cuando cultivamos en el bosque Philip y yo aquellas cinco plantas. Eso crecía solo, nosotros nos limitábamos a recoger los frutos.

Tanteé todo lo que había en la mesa y encontré la varita - Accio pala, accio bolsa de tierra -. En unos segundos ambos materiales estuvieron colocados encima de la descolocada y sucia mesa. Agarré el paquete de tabaco de liar y los filtros y volví a sentarme en la cama. Hacía bastante fresco, tanto porque la calefacción no estaba conectada como porque la ventana estaba abierta, pero aun así llevaba unos vaqueros oscuros y una camiseta de tirantes blanca. No me había quitado los pantalones ~~aún~~ por respeto a mi invitada. Comencé a preparar el cigarro - ¿Qué quieres saber? - con el dedo gordo y el índice saqué el suficiente tabaco como para un cigarro normal. Cogí un papel, lo coloqué encima, lo lié y le puse el filtro. Menos de un minuto, lo que tenía el vicio y la práctica. Alcé la mirada para ver cómo iba ella, y si necesitaba ayuda. No volví a preguntárselo porque contaba que a la mínima me diría qué necesitaba. Puse cara pensativa - Creo que eres la única chica que ha venido a mi habitación para hacer algo que no fuese acostarse conmigo - lo dije con total naturalidad mientras me agachaba a coger el mechero que acababa de ver en el suelo. Y es que era verdad, todas las que habían venido no había salido de la cama. Bueno, o sí, pero no precisamente para regar mis plantas - Supongo que deberías sentirte afortunada - me encogí de hombros, sacándome el cigarrillo de la boca y dejándolo en el aire, ofreciéndoselo - ¿Quieres? Descuida, es solo tabaco - lo que más me gustaba de Chopo era la naturalidad con la que se podía hablar. Sin silencios extraños, sin necesidad de decir cosas que no se querían decir. Supongo que era lo más parecido que he tenido nunca a una amiga.

por Invitado Dom Sep 07, 2014 4:25 pm

Sonreí ante la naturalidad con la que se movía en aquel ambiente. Estaba claro que lo de llevar uniforme no iba con él, de modo que me limite a observar con una sonrisa un tanto estúpida como traía con la varita lo que necesitaba. Aunque, por extraño que parezca, en aquellos instantes tan sólo pensaba en el chico. En lo misterioso que era, en su manera de hablar, en sus labios... Me daba igual siempre que tuviera relación con él. Me sentía muy agradecida a mis ancestros por permitirme sentir algo así, si bien lo negaría ante cualquiera que me lo preguntase. Me gustaba, pero dudaba que estuviera enamorada. Tan sólo tenía un amor y ese era la Madre Naturaleza. De todos modos ¿Se puede enamorar alguien de una persona que no le corresponde? Yo lo dudaba, de modo que el nombre que le ponía a aquello era una dulce y bonita amistad. Me remangué la blusa floreada y comencé a hacer mi trabajo. Con suma delicadeza removía la tierra con la pala, para sacar todas aquellas semillas que no habían germinado sin dañarlas. Hablaba mientras sacaba poco a poco cada una de las semillas:

-Pues no sé... Cuál es tu color favorito o tu comida preferida... No sé, lo que se te ocurra-comenté por encima mientras comenzaba a rellenar una de las macetas con tierra a la que apliqué un hechizo para que tuviera las propiedades de un fertilizante como el que necesitaban las plantas, que era lo positivo de ser ya mayor de edad. La verdad era que me sentía a gusto allí. Mi odio por los muggles no se veía transportado a sus cosas, exceptuando aquello que contaminase en un grado muy alto a la Madre Tierra, de modo que muchas cosas extrañas y desconocidas para mi me resultaban curiosas e interesantes, como objeto de estudio al menos. No le miraba mientras se liaba el cigarro, estaba demasiado ocupada transplantando a Bob a aquella maceta. Un hechizo de aspersión de agua unos instantes y voilá. Proceso completado. Ahora sólo quedaba plantar las otras.

-¡MIERDA! Creí que habría menos que hacer y no he traído ropa para cambiarme...-dije mientras trataba de sacudirme la falda y la blusa de la tierra con la que me había manchado. Podría hacer un hechizo de limpieza pero la última vez había dejado un hueco tremendo en una de mis faldas favoritas... Y no pretendía dejar que eso pasara- En fin, es igual, todo lo que la Madre Tierra quiera es bien recibido-dije con algo de resignación. Si bien me gustaba el campo no me gustaba estar sucia, porque la gente no te tomaba en serio. Alcé una ceja mientras plantaba el resto de las semillas con una distancia prudencial y respondí en voz baja:

-Si tú lo dices...-pero seguí como quien no quiere la cosa. A pesar de que de vez en cuando le decía algo de eso, suponía que creía que estaba bromeando, pues jamás había intentado nada conmigo, salvo aquellas insinuaciones que yo entendía como típicas de hombres. Ay, Madre Tierra, dame paciencia para entender a la raza humana. Si fuera una planta sería todo mucho más sencillo. Miré hacia él cuando me ofreció eso:

-Cookie, tiendo a cultivar plantas, no a fumarlas-dije con una ceja alzada- Aunque bien visto, realmente también me las como de modo que una calada no me hará ningún mal, supongo...-dije acercándome al chico y cogiendo aquel cigarrillo, examinándolo antes de intentar dar una calada y atragantarme con el humo- P-pero ¿Que es esto?

por Invitado Lun Sep 08, 2014 4:18 am

En cuanto los materiales estuvieron listos comenzó manos a la obra. Se la veía muy atareada, y yo fumaba tranquilamente. Dejó caer un par de posibles temas de conversación y yo con un "mmmm" de fondo me puse a pensar. Le di una calada previa al cigarro - Mi color favorito quizá es... el verde. Pero no para vestir, me gustan colores más oscuros, o el rojo - recordé la chaqueta roja que estaba (por una vez) colgada en el armario - De comida... no sé, como de todo. Como comida más especial te diré que me gusta el pollo al curry y los fideos chinos picantes - y es que aquella vez hace tres años en aquel restaurante tan extraño me abrió un mundo de posibilidades en cuanto a comida se refiere.

Según había hablado ella había continuado transplante aquí, agua acá, y no la había interrumpido demasiado. Sin embargo, salí de mis propios pensamientos al escuchar eso - Vamos, no seas tonta, tengo ropa que prestarte - pude, de nuevo, haber hecho un comentario lascivo sobre ella o sobre las chicas en general, ¿pero qué necesidad había? Chopo me conocía ya demasiado bien como para necesitar andando con esas tonterías. Aunque, bueno, me encantaba recordárselo - Creo que tengo hasta algunos pantalones de chica - y es que más de una se los había dejado alguna vez. Las camisetas no eran un problema, cualquier le sentaría bien - Aunque si prefieres dormir en bragas yo no voy a poner pegas - dije encogiéndome de hombros antes de acompañarlo todo con mi ya tan conocida sonrisa . Había suficiente confianza.

Enarqué una ceja - Ni siquiera es marihuana Chopo - dije con parsimonia. Nota mental: nunca ofrecerla pastillas o derivados - Aun así - acerqué más el brazo y le ofrecí una calada - Pruébalo. No creo que te guste, pero si no lo pruebas no lo sabrás - esperé su reacción - Claro que también podemos después - me agaché y metí un brazo debajo de la cama. Saqué una especie de caja de madera que parecía estar cerrada pero sin ningún tipo de seguridad. Acerqué la mano a una zona concreta cerré los ojos y musité unas palabras imperceptibles incluso para mí. La caja se abrió, dejando a la luz un cargamento de bolsitas transparentes repletas de cosas: pastillas rosas, rojas, naranjas, amarillas, verdes, azules, violeta, marihuana, hachís, LSD y una bolsita con setas. Miré a Chopo - probar algo de esto - sonreí - Y que conste que yo soy muy legal, y esto no solo es mío - y verdad que era. Yo me limitaba a esconderlo, gracias a la maravillosa caja que había comprado en una tienda de segunda mano en el Callejón Diagón hacía unos años.

por Invitado Lun Sep 22, 2014 4:05 pm

Mientras realizaba las labores propias de una experimentada jardinera, como yo misma era, divagaba acerca del impulso que me había guiado a aquella casa. Fue como una especie de intuición, por llamarlo de algún modo. Sabía que quería ayudar a la planta de Cookie, pero también quería conseguir algo de aquello... Y todavía no tenía excesivamente claro lo que. Sin tratar de discernir más que el cálido sentimiento que invadía mi cuerpo cuando el chico hablaba, me dispuse a escucharle con atención:

- Así que el verde... El Sombrero acertó al ponerte en Slytherin, aunque no se te dé demasiado bien cuidar nada que tenga clorofila -dije bromeando, pues sabía de gente que había decidido irse a una u otra casa por el color principal de la misma. Comencé a hablar yo misma, en relación a lo que decía el chico- Pues... Mi color favorito es el naranja y mi comida preferida es el pollo a la cerveza que hago, deberías probarlo algún día. Mi flor favorita es -comenté sonriente ante la imagen. Sabía que se me daba bien cocinar y adoraba hacerlo para los demás. Suponía que aquello era algo para lo que había nacido irremediablemente. Igual que cuidar plantas.

-Bueno, si a ti no te importa yo no pondré pega alguna, de hecho suelo dormir desnuda-comenté como quién no quiere la cosa mientras me limpiaba las manos, para mi aquello era tan natural como respirar. Todo se debía a una costumbre que adquirí dado que sólo me compraban pijamas de lana para el invierno, a la cual era alérgica- De todos modos si me vas a enseñar la ciudad no me vendría mal cambiarme. Con unos vaqueros y una camiseta me apaño.

Me sentí algo cohibida cuando dijo aquello de que ni siquiera era marihuana. Yo no era ninguna blanda, y mucho menos iba a quedar como tal delante del chico. Cogí lo que me ofrecía con decisión y di una larga calada. Los ojos se me llenaron de lágrimas, pero tragué el humo como se suponía que decía hacer. La garganta me ardía, más aún así no tosí, aunque sólo fuera por orgullo. Sólo la Madre Tierra sabe porque hice eso en aquel momento, pero el caso es que lo hice. Y no me arrepentí. De hecho, no me sentía tan mal como creí que me iba a sentir. Mi vena coqueta salió en aquel momento, más en broma que es serio, pero con una invitación implícita en cada palabra:

-¿Vas tú incluido en lo que se puede probar?-comenté arqueando una coja y sonriendo. Casi al instante, comencé a gritar de nuevo, al vislumbrar entre todas aquellas pastillas unas que captaron poderosamente mi atención, por encima de la supuesta legalidad que el chico defendía- ¡YO QUIERO UNA NARANJA! ¿QUE HACE? ¿EH? Cuéntame, señor experto-dije recostándome sobre la cama del chico.

PD: Anduve muy liada >.< Perdona por lo cutre que es el post y lo muchísimo que tradé en responderte >___<

por Invitado Vie Sep 26, 2014 2:45 am

Pollo a la cerveza. Enarqué una ceja - ¿Y hay posibilidad de que lo cocines para ti y para mí esta noche, por ejemplo? - sonrisa seductora antes de acabar con una carcajada sincera - Aunque también podemos pedir comida china y comer en el tejado - y no era ninguna tontería. El tejado de casa tenía unas vistas sublimes, y alguna que otra vez había subido allí con una chica. Claro que aquella situación era distinta, ya que Chopo era mi amiga y no un polvo de una noche. Al menos, no por el momento (?)

Abrí bastante los ojos antes de volver a entrecerrarlos y sonreí con la maldad propia que me caracterizaba. Me acerqué peligrosamente a ella e hice un círculo en su hombro. El roce fue corto pero intenso, y por primera vez noté cierta... ¿tensión sexual con Chopo? Me aparté con naturalidad y aún sonriendo - Cuida esta noche de ti misma - dije sin añadir más, señalándola con el dedo mientras le daba una calada al cigarro. Me di la vuelta y me dirigí al armario. Al abrirlo apareció toda mi ropa, toda mi preciada ropa. Abrí el último cajón y vi qué había dentro - Veamos... Tengo una 36 y una 38 de pantalones, vaqueros los dos - sin girarme los tendí encima de la cama para que les echara un vistazo - Y camisetas... - cerré el cajón de la ropa de chica que había acumulado con el paso de los años y abrí el mío. Cogí una camiseta de Motörhead, me giré y me acerqué a ella. Se la puse por encima, sin llegar a hacérsela poner realmente encima de su ropa y asentí con determinación - Sí, ésta te va de lujo - sabía que no era precisamente el estilo de chopo, pero verla de aquella forma me recordaba indudablemente a alguien... aunque no supiera a quién - Con esta ropa eres mi prototipo de chica - dije dándole otra calada al cigarro.

Después de pasarla el cigarro y ver cómo aguantó como una campeona no pude más que sonreír y felicitarla - Eso es determinación y cabezonería, si señor. Digna Slytherin eres tú - arqueé las cejas para volver a recuperar mi cigarrillo al tiempo que se lanzaba en mi caja de "golosinas". Me faltaron manos para pararla - Alto, alto, alto princesa de los bosques, que aún no son horas para hacer cosas ilegales - miré hacia la ventana y el sol aún seguía iluminando. Volví a mirar a Chopo - Tenemos que terminar con Bob, te tienes que vestir y si quieres darte una ducha y ya después nos preparamos y te enseño lo que es Bristol - la miré esperando una respuesta - ¿Está bien? Después ya te enseñaré qué hacen estas pequeñas bombas - dije cogiendo una de las pastillas naranjas que le había gustado, observándola de cerca como si de una pequeña piedra preciosa se tratase. Y es que, a grosso modo, era como una pequeña joya para cualquier drogadicto, o para cualquiera de mis amigos con ganas de fiesta.

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