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Cervecería "Hermanos Schoenherr"
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Cervecería "Hermanos Schoenherr"
La cerveza, fiel compañera del pueblo alemán quien ha perfeccionado con el porvenir de los siglos distintas clases de la misma. La Cervecería de los hermanos Schoenherr cuenta con treinta tipos diferentes de cerveza todos y cada uno de invención casera, siendo todo un referente para el hígado de todo amante de la misma que se tercie.
Pese a estar muy orgullosos de su producto estrella no es sólo cerveza lo que aquí se encuentra, la Cervecería Schoenherr es el Caldero Chorreante de los alemanes, así pues aquí encontrarás alojamiento y las delicias de la abuela Schoenherr; siendo la más destacada la sopa de ancas de rana.
Deathly Whims
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Re: Cervecería "Hermanos Schoenherr"
Menos mal que me había tomado un respiro. Creo que si me hubiera quedado en casa hubiera terminado asesinando a mi padre ¿Por qué? Pues resulta que me había prometido con el hermano de Ninoska Bellionet. Nyall. Un licántropo que me sacaba 10 malditos años. Si bien yo no era la clase de chica que soñaba una historia de amor, no podía comprender como Marshall se había permitido aceptar aquella oferta, si es que no había sido el mismo quien la ofreció. Espera algo más de mi matrimonio, para empezar que fuera cuando tuviera al menos veinte años.
Había ido corriendo al salón y usando los polvos Flu, había llegado allí. Gracias al cielo, las leyes en Alemania acerca de la edad a la que comenzar a beber eran más laxas que en Reino Unido si tenías dinero y una sonrisa bonita, de modo que tras una cerveza de trigo y dos chupitos de whisky de fuego, me disponía a ir a por algo de comer cuando me di cuenta de que no había llevado dinero ¿Que haría ahora? Pedí una enorme salchicha y comencé a comer con la mirada perdida mientras pensaba en que narices hacer para conseguir dinero. Si volvía a casa no habría modo alguno de volver a pagar y... ¿Porqué tendré este carácter de perros?
Fue ese el momento en el que me pregunté a mi misma el motivo por el cual mi padre no estaba ya aquí pegando gritos como un auténtico maníaco, si me había visto irme y sabía de sobras a donde iba. ¿Mandaría a algún estúpido a llevarme a casa? A veces pensaba que lo mejor era irme con Marcel y que le dieran por c*** a mi padre.
Había ido corriendo al salón y usando los polvos Flu, había llegado allí. Gracias al cielo, las leyes en Alemania acerca de la edad a la que comenzar a beber eran más laxas que en Reino Unido si tenías dinero y una sonrisa bonita, de modo que tras una cerveza de trigo y dos chupitos de whisky de fuego, me disponía a ir a por algo de comer cuando me di cuenta de que no había llevado dinero ¿Que haría ahora? Pedí una enorme salchicha y comencé a comer con la mirada perdida mientras pensaba en que narices hacer para conseguir dinero. Si volvía a casa no habría modo alguno de volver a pagar y... ¿Porqué tendré este carácter de perros?
Fue ese el momento en el que me pregunté a mi misma el motivo por el cual mi padre no estaba ya aquí pegando gritos como un auténtico maníaco, si me había visto irme y sabía de sobras a donde iba. ¿Mandaría a algún estúpido a llevarme a casa? A veces pensaba que lo mejor era irme con Marcel y que le dieran por c*** a mi padre.
Invitado
Re: Cervecería "Hermanos Schoenherr"
Lo cierto era que aquel lugar no era precisamente el sitio donde solían aparecer “niñas” y mucho menos después de la hora de la cena es por ello que el olor a debutante, le hace alzar los ojos de su raído diario de Godelot, y casi podría decirse que el diario mismo se sobresaltó al vislumbrar lo que justamente acababa de entrar. Se podía decir que Arsene Du Florant debía tener un trato con alguno de los demonios de los libros que aquel muchacho con tanta impaciencia leía, pero aquello solo sería repetir lo que ya estaba bastante claro Los instintos de aquel muchacho, se deleitaron un momento con el aroma, tan fuera de lo común, puesto que, se podrá creer que el gusto de Greyback por las jovencitas era un simple fetiche, pero lo cierto era que… Despedían un aroma suculento, inconfundible. Es por ello que mientras la particular mente de aquel muchacho se mueve tratando de recordar los detalles que ya había averiguado justo sobre aquella muchacha, sus dientes casi pueden sentir la piel deslizándose bajo los incisivos, músculos, tendones…
El chico se levanta, podría decirse que consternado, sin embargo, lleva una sonrisa sublime, al tiempo que le hace una seña al tipo de la barra que le lanza una vieja libreta de pedidos; se introduce el viejo diario en el bolsillo de los vaqueros y se puede decir que aparece frente a la muchacha con una actuación perfectamente entrañada. Ha entrado en personaje aun cuando no habían ni dos metros de distancia entre las mesas, la sonrisa ha desaparecido, la natural tortura de los ojos anhelantes de carne fresca, se ha perdido en las inmediaciones de un violeta inescrutable, al igual que cada una de sus inconfundibles facciones marmoleas. Una voz petulante y casi desinteresada se asoma sobre el hombro de Ollie, justo cuando estaba a punto de terminar su bocado.
- Si no me equivoco, eres menor de edad, y me temo que el horario de entrada de menores ya ha pasado. - El pub estaba realmente vacío… de Magos o Brujas, a excepción de ellos dos, ya podía empezar a escucharse la actividad verdaderamente nocturna afuera donde la luna estaba en cuarto menguante y Nyall lo sabía bien, demasiado bien. No espera respuesta, su cuello se inclina ligeramente hacía la muchacha, permitiéndole observar las cicatrices de su rostro y el tatuaje de una serpiente exactamente igual al de una Marca Tenebrosa, que sisea en su antebrazo, al ofrecerle un papel, con la cuenta. Sus ojos se fijan insolentes en los de ella, fijos, imbatibles, claramente analizando cada uno de sus movimientos, en un gesto plenamente inconsciente de su mirada, normalmente suavizada por las acostumbradas sonrisas, desafiantes a su rostro de piedra, que sin embargo ahora se encuentra totalmente encajado, retador, insolente, y dictatorial, solo interesado… En probar de que estaba realmente hecha la prometida que su abuela había elegido esta vez con suerte, luego de aquel derroche de mala educación, pues estaba claro que uno no debía hacer sentir a las chicas como comida en la primera cita solo tendría que presentarse, y el compromiso quedaría roto: la niñita llegaría diciéndole a su millonario padre que el tipo era un viejo antisocial psicótico y tras un par de lágrimas, el asunto quedaría resuelto .
El chico se levanta, podría decirse que consternado, sin embargo, lleva una sonrisa sublime, al tiempo que le hace una seña al tipo de la barra que le lanza una vieja libreta de pedidos; se introduce el viejo diario en el bolsillo de los vaqueros y se puede decir que aparece frente a la muchacha con una actuación perfectamente entrañada. Ha entrado en personaje aun cuando no habían ni dos metros de distancia entre las mesas, la sonrisa ha desaparecido, la natural tortura de los ojos anhelantes de carne fresca, se ha perdido en las inmediaciones de un violeta inescrutable, al igual que cada una de sus inconfundibles facciones marmoleas. Una voz petulante y casi desinteresada se asoma sobre el hombro de Ollie, justo cuando estaba a punto de terminar su bocado.
- Si no me equivoco, eres menor de edad, y me temo que el horario de entrada de menores ya ha pasado. - El pub estaba realmente vacío… de Magos o Brujas, a excepción de ellos dos, ya podía empezar a escucharse la actividad verdaderamente nocturna afuera donde la luna estaba en cuarto menguante y Nyall lo sabía bien, demasiado bien. No espera respuesta, su cuello se inclina ligeramente hacía la muchacha, permitiéndole observar las cicatrices de su rostro y el tatuaje de una serpiente exactamente igual al de una Marca Tenebrosa, que sisea en su antebrazo, al ofrecerle un papel, con la cuenta. Sus ojos se fijan insolentes en los de ella, fijos, imbatibles, claramente analizando cada uno de sus movimientos, en un gesto plenamente inconsciente de su mirada, normalmente suavizada por las acostumbradas sonrisas, desafiantes a su rostro de piedra, que sin embargo ahora se encuentra totalmente encajado, retador, insolente, y dictatorial, solo interesado… En probar de que estaba realmente hecha la prometida que su abuela había elegido esta vez con suerte, luego de aquel derroche de mala educación, pues estaba claro que uno no debía hacer sentir a las chicas como comida en la primera cita solo tendría que presentarse, y el compromiso quedaría roto: la niñita llegaría diciéndole a su millonario padre que el tipo era un viejo antisocial psicótico y tras un par de lágrimas, el asunto quedaría resuelto .
Invitado
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