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When concidences happen | Privado; Belladona A.
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When concidences happen | Privado; Belladona A.
Londres, Inglaterra
Lugar: Biblioteca publica municipal
Lugar: Biblioteca publica municipal
Después de tantos hechos “inusuales” con el mundo mágico, Nicholas sentía que quizá la mejor alternativa era conocer un poco el trasfondo histórico de magos y brujas, aunque tenía a su disposición fondos y medios para llevar investigaciones y hasta clases de historia sobre estos, no iba a ser irresponsable y gastarlos en él, por más que el servicio de seguridad de Londres no se lo aconsejaba, él estaba decidido en ir a una biblioteca de Londres, después de todo ¿Qué mejor lugar para leer un poco? Corría con la fortuna de que su rostro no era precisamente el de una celebridad y podía ir a donde quisiera sin ser muy reconocido, al menos por ahora que no había tanto ajetreo en el gobierno Muggle, los mágicos estaban ocupados con el cambio de ministro y con los asuntos que solo ellos entendían así que por ahora ambos ministerios estarían un poco más separados que de costumbre.
A pesar de sus insistencias, la seguridad lo llevó a la biblioteca, sin embargo logró convencerlos de no interponerse en el lugar, de que se mantuvieran afuera y no lo hicieran sentir tan abrumado como solían hacerlo —Tengo con que llamar en caso de pase algo…— Les dijo mientras los dejaba atrás y entraba al lugar, buscaba algo de calma y aprendizaje.
Los tiempos habían cambiado, las bibliotecas Muggle ya no estaba solo repletas de libros de historia Muggle o ciencias de estos mismos, llegando a la sección correcta se podía encontrar material un poco más sobrenatural y eso era lo que el tenía intención de leer, rebuscó un poco y encontró un libro sobre la vida de las brujas de Salem, lo coloco bajo el brazo y siguió buscando un poco más, había un curioso librillo titulado “Pociones para todo el público” —Espero ser parte de ese público y que no requiera un varita para abrirse— Dijo como si hablara con el libro, no iba a tomar más por ahora, esos dos de seguro le darían algún tipo de información interesante, después de todo cuándo no se sabe nada ¿Por dónde empezar? Empezó a hacerse camino hacia un sofá de los que habían dispuestos para leer, en una rea iluminada por un tragaluz, sitio perfecto para iniciar algún tipo de lectura.
Invitado
Re: When concidences happen | Privado; Belladona A.
Lo primero que necesitaba para transmutar de bronce a plata, era conocer a la perfección los componentes atómicos de cada uno. Sabía que todavía se trataba de una tarea complicada a realizar. No lograba aún transmutar algo, sólo unía para crear algo nuevo, así como el cuarzo a partir del oxígeno y el polvo. Cuando lo recordaba, la tarea o reto encomendado por aquel mago desconocido parecía casi imposible.
Pero no podía rendirme. La alquimia en verdad podía ser la más poderosa de las magias. Ser capaz de controlar los cuatro elementos, o cinco, según la cultura en la que se estudiara.
Estaba en la biblioteca de Londres, una de mis favoritas. Tenía en mi bolsa una libreta, había varios títulos a buscar. Me paseé por los estantes como si supiera la ubicación de los textos de memoria. Tarareaba una melodía para mí misma. Elegí tres títulos: De metales preciosos, Por qué la alquimia no es para todos, Las flores del mal, de Baudelaire. Sí, tenía un lado de mi personalidad que disfrutaba de la literatura, del arte por el arte.
Llevaba los libros abrazados, pensé en ir a mi departamento, pero me pareció un día agradable para pasar en la biblioteca, así que me dirigí a la zona de lectura. Tarareaba todavía, sin notarlo, iba con la vista fija en el techo, cuando choqué contra alguien. El rubor subió a mis mejillas cuando vi que se trataba de un hombre: -disculpa… -comencé, después no pude evitar ver los títulos de los libros, una maña que siempre había tenido- ¿eres un mago? –pregunté.
Pero no podía rendirme. La alquimia en verdad podía ser la más poderosa de las magias. Ser capaz de controlar los cuatro elementos, o cinco, según la cultura en la que se estudiara.
Estaba en la biblioteca de Londres, una de mis favoritas. Tenía en mi bolsa una libreta, había varios títulos a buscar. Me paseé por los estantes como si supiera la ubicación de los textos de memoria. Tarareaba una melodía para mí misma. Elegí tres títulos: De metales preciosos, Por qué la alquimia no es para todos, Las flores del mal, de Baudelaire. Sí, tenía un lado de mi personalidad que disfrutaba de la literatura, del arte por el arte.
Llevaba los libros abrazados, pensé en ir a mi departamento, pero me pareció un día agradable para pasar en la biblioteca, así que me dirigí a la zona de lectura. Tarareaba todavía, sin notarlo, iba con la vista fija en el techo, cuando choqué contra alguien. El rubor subió a mis mejillas cuando vi que se trataba de un hombre: -disculpa… -comencé, después no pude evitar ver los títulos de los libros, una maña que siempre había tenido- ¿eres un mago? –pregunté.
Invitado
Re: When concidences happen | Privado; Belladona A.
Estaba algo ensimismado y un poco ausente del mundo, pero con aquel curioso encuentro rápidamente volvió al mundo real, en un parpadeo pudo descubrir de quien se trataba, al menos en parte pues ella era un rostro nuevo para él y no pudo evitar sonreír, no por cortesía en realidad le daba un motivo para sonreír, aquella chica tenía algo interesante en ella, no era conocedor de la magia ni de cómo se sentía usarla, pero hasta él podía sentir un tipo de aura especial que emanaba de ella —Descuida… No te preocupes— Dijo a la chica sin perder la sonrisa y sentir un poco de curiosidad ante su pregunta —Pues no, no lo soy, sin embargo debo trabajar con ellos de vez en cuando y me resulta interesante conocer sobre su mundo— Le explicaba.
Las cosas en la biblioteca se habían hecho un tanto más interesantes y no lo pensaba por los libros que había seleccionado, miro fugazmente los libros que llevaba aquella chica y se le hicieron un poco familiares, creía haberlos visto en la sección que recién acababa de visitar —Veo que traes una interesante selección… Podría inferir que eres… Mágica ¿Quizá?— Preguntó sin ocultar su curiosidad y evitando de primera instancia utilizar la palabra bruja, de experiencias anteriores había conocido personas que preferían que no se usara esa palabra con ellos, así que para evitar molestar a la chica no se referiría a ella así, al menos que ella se lo pidiera.
Las cosas en la biblioteca se habían hecho un tanto más interesantes y no lo pensaba por los libros que había seleccionado, miro fugazmente los libros que llevaba aquella chica y se le hicieron un poco familiares, creía haberlos visto en la sección que recién acababa de visitar —Veo que traes una interesante selección… Podría inferir que eres… Mágica ¿Quizá?— Preguntó sin ocultar su curiosidad y evitando de primera instancia utilizar la palabra bruja, de experiencias anteriores había conocido personas que preferían que no se usara esa palabra con ellos, así que para evitar molestar a la chica no se referiría a ella así, al menos que ella se lo pidiera.
Invitado
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