Reencuentro. [Tobías Müller]

Quizá es el momento de convivir con aquellos que se asemejan a Tobías Müller, vivir con su propia raza. El tiempo había transcurrido demasiado rápido desde los últimos dos meses que fue transformado en licántropo. Poseer el talismán lo ayudaba mucho, durante la luna llena lograba mantener su forma humana, sin embargo en esos días el comportamiento de Tobías daba un cambio radical, haciéndolo una persona más salvaje de lo que normalmente era. No gastaría galeones en pociones matalobos que actuaban de la misma manera que el talismán. Pero el talismán no era suficiente para Müller. Casi llegaba el fin del mes de Noviembre y la luna cada vez se encontraba más cerca de llenarse por completo y despertar la bestia interior de muchos Hombres Lobo.

Tobías abandono la academia esa misma tarde. Solo cargaba consigo una vieja franela negro que hacia juego con sus pantalones negros y botas negras (Licántropo con estilo8)) Y por supuesto su varita de Picea, su fiel compañera. No necesitaba nada más, no usaría nada más. Se escucho un ¡Crack! En medio del espeso bosque de Transilvania. Tobías apareció en el mismo lugar donde había comenzó la excursión en el mes de octubre, el antiguo puente de madera. La densa niebla carmesí que una vez cubrió el panorama se había esfumado por completo, un fuerte flashback vino a su mente, como fueron atacados por una manada de licántropos y Arpías… Pff que estúpido era de su parte haber corrido a los brazos de una de estas criaturas mágicas, su distracción le había dejado una marca que lo cambiaria para toda la vida, fue mordido por un licántropo en el hombro ―Soy un Idiota― Hablo para sí mismo mientras se pasaba una de sus manos por el hombro izquierdo. Lo más triste toda esta historia es que ninguno de los que fueron reclamados por la oscuridad esa noche no lograron ser recordados, nadie en la excursión lo recordó a él. Pero aquello había sido un privilegio, porque él había asesinado a Therese Green.

Los aromas que desprendían aquel bosque eran muy diversos, pero entre ellos había uno que destacaba a varios metros, no muy lejos de su posición, se encontraba alguien más. Ya era conocido para su olfato pues era la una de las personas que estuvo en el mismo sueño del hospital, pero nunca había caído en cuento que aquella chica seria su enemigo por naturaleza, nunca se percató que el aroma que desprendía era el típico de un vampiro… O vampira en este caso. Tobías no controlaba sus impulsos como Hombre Lobo por tres sencillas razones. La primera era porque no poseía el preciado talismán en ese momento, segundo nunca había tomado un taller para manejar aquellos impulsos, y por ultimo pero no menos importante era que se encontraba rodeado por su misma especia. Además el bosque tenía algo que hacia despertar todos su sentidos. Algo que desencadenaba la bestia interior de Tobías que llevaba mucho tiempo pidiendo a gritos ser liberada. Comenzó a correr detrás del aroma hasta estar a tan solo unos metros, aun no era de noche así que debería defenderse con magia. Tenía la varita en la mano preparado para cualquier movimiento de las vampiras. Tobías la miraba desde unos siete metros.