Torre de la Enredadera - Despacho de Balthasar Shafiq

por Invitado Jue Ago 14, 2014 3:52 pm

Alzándose de forma imponente sobre una pequeña colina se encuentra la Torre de la Enredadera, ubicada justo al centro de los jardines y exteriores de la Academia.

Antes usada para observar la majestuosidad del Valle actualmente se encuentra abandonada desde la salida de Balthasar Shafiq de la Academia de Artes Experimentales. Si te atreves a aventurarte en el lugar, encontrarás el sitio exactamente con Shafiq lo dejó.

En la base de la torre se encuentra una verja de hierro que da acceso a las empinadas escaleras en espiral que te llevan a la cima y que salen directamente dentro del despacho por medio de una trampilla. El sitio se encuentra decorado con un elegante estilo rústico y grandes ventanales reemplazan casi todas las paredes de la habitación circular. Afuera, el gran balcón te dejará maravillado con las vistas.

por Invitado Dom Nov 02, 2014 5:08 pm

Aquella tarde el hombre se encontraba en su despacho, más específicamente, en su escritorio con pluma en mano y pergamino a medio llenar, completamente algunos de aquellos muchos papeleos que tocaba atender. La pluma rasgaba el pergamino con rapidez, imprimiendo la pulcra letra del hombre sobre el papel. Un par de minutos después, un fugaz garabato daba fin a el escrito con la firma de el hombre. Acto seguido, enrolló finamente el pergamino y lo cerró con sello de cera que mostraba el escudo de la Academia. Lo colocó junto otro pequeño montículo que rollos que serían enviados a la mañana siguiente a primera hora.

Tomó otro trozo de papel y cuando estaba dispuesto a comenzar a redactar el nuevo documento la pluma se detuvo a medio camino, dejando caer una gota de tinta negra sobre el papel. Alzó la vista al umbral y antes de que siquiera la mano de la presente allá fuera se acercara a la puerta, el hombre habló:- Adelante. -dijo con voz seca, firme pero cortés, acompañada de una casi imperceptible sonrisa en sus labios. Había recibido la visita de la señorita un par de veces en el año. Era una joven singular, pero su compañía era entretenida pues la chica tenía una singular forma de ver el mundo.

por Invitado Vie Nov 07, 2014 2:17 pm

Calma, serenidad, tranquilidad, curiosidad pero sobretodo pureza. Todo eso era lo que aquel hombre transmitía a la joven astrónoma artística, todo eso que desde hacía tanto tiempo se había apartado para la chica estar cerca de Shafiq era como cargas las pilas, purificarse por así decirlo y era por ello que cada cierto tiempo espontáneo iba a aquella torre a dibujar.

Antes de golpear no puede evitar pensar por primera vez desde que hablaba con su Jefe de casa en que sí no le había entrado dolor de cabeza al indagar en su mente aunque la idea de que no la considerara interesante la animó a pegar ilusa de la condición de invisibilidad. Se adentra en la habitación haciendo una pequeña reverencia con la cabeza, durante un instante parece que se va a acercar a hablar con él pero al ver el papeleo en su escritorio desiste de su amago mirándole con sus melena rojiza y sus grandes pestañas directamente a los ojos con una incomprensible pero cálida sonrrisa. Se encoge de hombros y coge la silla justo al lado del gran ventanal para sentarse y comenzar a dibujar.

No conversa con él porque no quiere interrumpirle, su silencio dura el tiempo suficiente antes de rozar la malaeducación cuando le pregunta.- ¿Es así siempre? - Su voz suena suave y relajada, como abstraída y totalmente inocente.- ¿Alguna vez ha deseado no saber lo que habita en el interior ajeno, señor?.- Le pregunta cautelosa y educada.- Diría que siento el descaro de mi pregunta señor, pero eso sería mentir de manera muy grosera. Espero que no le importune la pregunta...-

por Invitado Vie Nov 07, 2014 11:24 pm

Se limitó a saludarle simplemente con un gesto de cabeza a la estudiante. Tras su primer encuentro hacía unas semanas en la base de la torre, le siguió otro que incluía una propuesta bastante inusual que, tras meditarlo y comprobarlo en la mente de la chica, no pudo más que aceptar; y hasta ese momento, la chica cumplía con lo que pidió al pie de la letra. El acuerdo entre ambos consistía en algo sumamente sencillo: Él, Balthasar, dejaría que la chica pasase algunas tardes (las que ella quisiera) allí en la torre, haciendo lo que según podía ver, era una de las más grandes pasiones de la chica, el arte, sentada en la terraza o bien en el alféizar de una de las ventas, con bloc en mano y lápiz dibujando. Y aunque le costase trabajo admitirlo, sentía cierta tranquilidad cuando la chica estaba allí, aquella parte humana que casi olvidaba el hombre, volvía a apoderarse de su cuerpo.

Siguió a la chica con la mirada hasta que se puso a trabajar. Acto seguido, el Jefe de Ordenación Académica siguió con su trabajo, hundiendo la pluma en el tintero y redactando aquel nuevo documento que requería. El silencio entre ambos era cómodo, inclusive al punto de que podía olvidarse de que la chica estaba allí. Lo único que no le dejaba hacer aquello era la vivaracha mentecilla de la chica de que cuando en cuando saltaba con algún pensamiento lo suficientemente alto como para que llegara hasta Shafiq. En aquella ocasión, aquello último no sucedía todavía pues la chica decidió hablar primero. Escuchó las palabras de la pelirroja pero no se molestó en devolverle la mirada, simplemente siguió redactando el documento hasta un par de minutos más tarde, donde volvió a plasmar su firma en el papel y sellarlo con cera; sólo hasta entonces alzó la mirada para encontrar la de la chica.- ¿Así cómo, señorita Evans? -le cuestiona, alzando las comisuras de sus labios.- Y descuide, que no importuna en lo absoluto. En realidad, es una duda bastante común que tienen las personas, y a todas les digo lo mismo: No -comenzó, todavía desde su asiento pero ahora con la silla giratoria orientada hacia donde se encontraba la médium-. El que podamos indagar en la mente de las personas no quiere decir que estemos todo el tiempo en ellas. Es difícil de explicar, pero digamos que es como un switch que puede encederse y apagarse a placer. Uno decide cuándo, cómo y cuál mente invadir a conciencia y comodidad, aunque claro que para lograr eso, toma años. Muchos más de los que se puede imaginar. Y en ocasiones, hay personas que son capaces de encender ese interruptor sin que uno lo quiera, usualmente aquellas personas con... demasiadas cosas en mente, preocupaciones y/o problemas personales. Su mente llega a un punto tal en el caos, que son ellos quienes invaden las mentes ajenas. -dijo a la chica, en un tono que si bien era cortés, podía notarse como relajado, inclusive informal. Miró a la señorita y le dedicó una tenue sonrisa.

- Pero ahora, respondiendo más directamente a su pregunta: Sí. Tengo que confesar que en algún par de ocasiones me hubiese gustado vivir en la ignorancia total, sin saber qué era todo lo que se ocultaba detrás de esas personas -dijo, sin inmutarse siquiera un ápice, a la chica-. Pero tampoco es que no me guste, porque así es, y en realidad, ¿tendría algún sentido que hiciese todo ésto? ¿El quejarme? Es algo que viene conmigo y que no cambiará jamás, por mucho que lo intente.

por Invitado Sáb Nov 08, 2014 6:55 am

Sí la chica fuese mala lo que se entiende por mala, quizás hubiera reparado en el detalle de que Shafiq en cierta forma le agradaba la chica y que quizás y sólo quizás despertaba algo en él pero Gabriel Evans era de todo menos mala. Por ello, sólo puede mirar directamente a aquel hombre con curiosidad e inocente interés desde una distancia prudencial.- Mmmm... Entonces, sí una persona se lo propusiera ¿podría jugar con un telépata, no?.- Pregunta astuta cuál Slytherin.- Es decir, sí un a persona no telépata fuera capaz de canalizar un conjunto de pensamientos ¿ruidosos?.- Dice confusa al no saber sí esa era la terminología.- [/b] ¿podría llegar a confundir al telépata y actuar por ejemplo, de la forma opuesta a la que está leyendo?.- Ladea su melena rizada mientras hace un mohín con la cara confundida acabando en una sonrrisa traviesa.- Me estoy liando yo sola... la mente no puede dar para tanto.- Cambia la silla dejándola en su sitio, volviendo al alfeizar de la ventana cuál ninfa con bloc y pluma en la mano mientras apoya su cabeza en el cristal y sigue dibujando. [/b]

por Invitado Sáb Nov 15, 2014 10:16 pm

El hecho de que una personalidad como lo era Shafiq y la fama que poseía hubiese logrado "forjar una relación" con una estudiante como Gabriel Evans seguramente daría mucho de que hablar, pero cualquiera de aquellas habladurías estaría mucho más lejos de la realidad de lo que cualquiera pudiera llegar a comprender jamás. Balthasar no iba a negar la que chica le atraía de una forma; una forma que en la que nada sentimental, ni siquiera físico estaba relacionad, sino todo era... mental. Porque con Balthasar era todo mental, y la chica tenía tenía una mente muy singular. Un simple, un pequeño vistazo le había dejado en claro que se encontraba frente a un gran e inusual talento, un alma poco comprendida que algún día demostraría todo el potencial que tenía.

Mientras esperaba a que la chica asimilara todo lo que él le había dicho se dedicó a ordenar un poco su escritorio, si es que aquello era posible pues cualquier diría, nada más ver si sitio de trabajo, que todo estaba milimétricamente medido. Alineó un par de bolígrafos muggles mientras escuchaba a la chica para después alzar la vista y posarla en ella.- Podría, muy seguramente, sí. Pero la verdad es que nadie puede controlar su mente de esa forma, las personas ni siquiera se dan cuenta de que sus pensamientos están... altos, además, el hacerlo implicaría un desequilibrio, porque así es como están las personas en esos momentos, desequilibradas, perdidas, simplemente confundidas y sobrecargadas de cosas. Y nadie, señorita Evans -dijo, mirándola con fijeza- en su sano juicio, quiere eso. -si lo sabría él.- Y, por cierto, ¿qué está dibujando el día de hoy? -aunque no eran muchas las visitas que la chica había realizado a su despacho, había superado, al juicio de Shafiq, las necesarias para dibujar todo el exterior, pero claro que él no era el artista ahí.

por Invitado Dom Nov 23, 2014 3:16 am

Interioriza aquella respuesta quizás más de lo debido o de lo que su mentor podría haber esperado pues siempre era útil saber que el desequilibrio era una buena alma contra cierto desaliñado Very Happy

pero ese era otro caso...

Sonrrie, inocente y tierna como ella sóla ante la pregunta de su Jefe de Casa.- Una sorpresa, señor.- Responde con aire artístico y travieso.- Ah y no vale ser aguafiestas e indagar de qué se trata, sino no se sorprenderá .- Le recrimina con total seriedad, sigue haciendo trazos con su pluma como sí siguiera metida en su burbuja.- ¿La Oclumacia es realmente efectiva?.- Le pregunta con aún más interés que el anterior, mientras sigue dibujando ahora, con vehemencia.

por Invitado Miér Dic 10, 2014 12:30 pm

La chica era un completo desafío, por mucho que él supiera leer mentes nunca sabía a ciencia cierta qué esperar de su alumna. Su mente trabajaba con inusual rapidez yendo de un lado a otro en un segundo, sorprendiéndole inclusive a él lo que podía encontrar dentro de su cabeza.

Detuvo todas sus actividades cuando escuchó la respuesta de la chica para elevar las comisuras de sus labios tan solo unos milímetros un par de segundos para luego volver a su expresión de costumbre, una línea en sus labios casi inexpresiva.- Ahora me intriga, señorita. Y eso no es bueno, en ningún nivel posible -admite antes de bajar la vista y comenzar a trabajar de nuevo hasta que le escucha. Permaneció en silencio unos segundos después de escuchar su pregunta antes de responder.-. Es efectiva, si sabes cómo utilizarla.

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