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Re: Residencia de los Evans
Flashback
25 de Diciembre
Como todos los años, la familia Evans se reúne al completo para celebrar la Navidad. Por toda la mansión circula un delicioso olor que ya deja intuir lo que se cuece por la cocina. Los regalos ya se encuentran preparados, pero, antes de nada, hay que comer.
Estaba nervioso. Lo sabía por aquella tensión que sentía en la nuca y por ése tic que le surgía en tan solo tres ocasiones: Antes de un partido, antes de un examen y cuando tenía que esperar a que todo el mundo terminara de comer para poder abrir los regalos. La tercera opción era la peor, bueno, en realidad la peor era la segunda ¿pero quién se acordaba de los exámenes a mitad de las vacaciones de Navidad? Bueno, su gemelo suponía.
Pensar aquello logró que el joven león rodara los ojos mientras centraba su mirada a su plato vacío. Había repetido tres veces en lo que su hermano había tardado en terminar su plato. Aún quedaban muchos platos por delante, de los cuales nadie salvo él mismo probarían más que cuatro bocados. Pese a que el joven león no parecía tener fondo a la hora de comer, cuando estaba nervioso la situación empeoraba. Y aquello tan solo tenía dos soluciones: hacer ejercicio o comer, y teniendo en cuenta que dudaba que le dejaran ir a hacer abdominales sin recibir una reprimenda, siguió llenándose el plato en lo que el resto de presentes terminaba el suyo.
Había visto los regalos. Y había logrado reconocer una escoba bajo el papel de regalo. Esperaba que ésa vez fuera una escoba de verdad, y no una de las bromas de Louis como la que le hizo el año anterior. Definitivamente no le hizo ningún tipo de gracia desenvolver el regalo para encontrar que lo que había tomado por una escoba era en realidad un conjunto de libros, aunque en su defensa el chico tenía que reconocer que él no se había quedado corto al regalarle una colonia con olor a mofeta. Meses había tardado a que ése olor desapareciera.
Aburrido, empezó a rodar el tenedor por encima del plato vacío de nuevo, mientras se preguntaba cuanto tiempo tendría que pasar antes de poder ir a desenvolver los regalos.
25 de Diciembre
Como todos los años, la familia Evans se reúne al completo para celebrar la Navidad. Por toda la mansión circula un delicioso olor que ya deja intuir lo que se cuece por la cocina. Los regalos ya se encuentran preparados, pero, antes de nada, hay que comer.
Estaba nervioso. Lo sabía por aquella tensión que sentía en la nuca y por ése tic que le surgía en tan solo tres ocasiones: Antes de un partido, antes de un examen y cuando tenía que esperar a que todo el mundo terminara de comer para poder abrir los regalos. La tercera opción era la peor, bueno, en realidad la peor era la segunda ¿pero quién se acordaba de los exámenes a mitad de las vacaciones de Navidad? Bueno, su gemelo suponía.
Pensar aquello logró que el joven león rodara los ojos mientras centraba su mirada a su plato vacío. Había repetido tres veces en lo que su hermano había tardado en terminar su plato. Aún quedaban muchos platos por delante, de los cuales nadie salvo él mismo probarían más que cuatro bocados. Pese a que el joven león no parecía tener fondo a la hora de comer, cuando estaba nervioso la situación empeoraba. Y aquello tan solo tenía dos soluciones: hacer ejercicio o comer, y teniendo en cuenta que dudaba que le dejaran ir a hacer abdominales sin recibir una reprimenda, siguió llenándose el plato en lo que el resto de presentes terminaba el suyo.
Había visto los regalos. Y había logrado reconocer una escoba bajo el papel de regalo. Esperaba que ésa vez fuera una escoba de verdad, y no una de las bromas de Louis como la que le hizo el año anterior. Definitivamente no le hizo ningún tipo de gracia desenvolver el regalo para encontrar que lo que había tomado por una escoba era en realidad un conjunto de libros, aunque en su defensa el chico tenía que reconocer que él no se había quedado corto al regalarle una colonia con olor a mofeta. Meses había tardado a que ése olor desapareciera.
Aburrido, empezó a rodar el tenedor por encima del plato vacío de nuevo, mientras se preguntaba cuanto tiempo tendría que pasar antes de poder ir a desenvolver los regalos.
Invitado
Re: Residencia de los Evans
Rhys disfruta de la velada familiar olvidándose por unos instantes d ela presencia de su hermano con sus primos mayores. Pese a ser Evans, se encontraba en su salsa y aunque echaba de menos a su prima Gabriel la traidora, que se había ido con su familia materna; estaba siendo una buena velada. Se preguntó curioso donde andaróa la especilita de Soph pero no quiso desatar la caja de Pandora, así que se limitó a disfrutar de la compañía familiar olvidando y marginando a su gemelo Espíritu Navideño
Invitado
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