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Duelo de exhibición: N. Bellionet vs E. Johansson
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Duelo de exhibición: N. Bellionet vs E. Johansson
Los pupitres se encontraban fuera del aula. Solo quedaba un armario al fondo, y el resto del salón estaba despejado. La habitación ya había sido preparada para el primer combate de exhibición del curso. Todos los alumnos que querían expectar se encontraban cerca de la entrada, protegidos por un hechizo defensivo. Como siempre había mucho espacio, y nada que se pudiera interponer en el camino.
Me encontraba ya en el medio del salón, un poco ansioso por estar frente a las dos duelistas. A mi izquierda, la señorita Bellionet. A mi derecha, la señorita Johansson. Había tenido que mover un poco los hilos entre el profesorado, pero finalmente había conseguido autorización para montar un duelo de espectáculo entre dos ex alumnas. Y hasta donde sabía, estas dos en particular podían montar un espectáculo. –¡Muy bien!- Grité finalmente, cuando la mayoría de mis alumnos habían llegado para observar. Me dirigí hacia ellos para hablar. –Como saben, hoy tenemos un duelo especial. Muchos de ustedes ya conocen a ambas duelistas, así que no son necesarias las presentaciones. - Cambie mi vista ahora hacia las dos competidoras para hablarles, alternando entre una y la otra. -Recuerden que es un duelo de exhibición, así que quiero que muestren a los alumnos lo que saben. Seré un poco más flexible con las reglas con ustedes, para que puedan dar una buena demostración, pero no quiero ver malas intenciones hacia su oponente. Esto sigue siendo un duelo amistoso. ¡Varitas arriba!-Di la orden, esperando que hicieran el saludo tradicional antes de comenzar. Lentamente me alejé hacia un costado del salón, opuesto al de mis alumnos, antes de volver a hablar. -¡Comiencen!-
Quien llegue primera puede postear atacando. Al ser un duelo por arbitraje personal, recuerden que no se utilizarán dados. El primer arbitraje vendrá cuando ambas hayan posteado.
Invitado
Re: Duelo de exhibición: N. Bellionet vs E. Johansson
¿Qué no podía tener malas intenciones contra mi contrincante? ¡Pero para que demonios me habían invitado entonces! Ahora me iban a salir con que no podía hacer volar a Johansson en pedacitos; "No, querida, no puedes" P-p-pero... ¿Ni un Sectumsempra, chiquititito? "Bueno tal vez chiquitito, si le guiñas el ojo a Travis" . Había escuchado al profesor con una escéptica ceja alzada en toda su esplendorosa indignación, por lo que al final del discurso, mis pupilas verdosas se desplazaron en derredor evaluando cada uno de los objetos de la habitación, pues sí me tocaba usar un candelabro de bate, pues prestos estábamos sin embargo, yo había estudiando en aquel colegio, y sí aquellos profesores había aprendido algo era no dejarme nada parecido a la mano di los pasos de rigor, situándome al borde de la pasarela de duelo, y gire sobre mis talones, azotando el aire con la melena castaña; la varita en alto, mis ojos volvieron al frente justo para chocar con los de Johansson; aquello desplego una encantadora sonrisa voraz, casi anunciando cada terminación nerviosa encendida, cada sentido estaba en su máximo nivel, justo como si me encontrara en el aire, entonando cada reflejo y extremidad entrenada para el mejor de los juegos, y si algo se sabía también, es que yo solía tomarme los juegos, preocupantemente en serio . "Cualquiera tendría la desfachatez de creer que tienes algo en contra de Euphoria... ¿Como fue que te dijo aquella vez? ¿bárbara desaliñada?" Que va, si aquello había sido un halago claro que, también estaba el punto de que las águilas con sus remilgadas maneras se ganaran a pulso el que uno estuviese un poco más emocionado de lo normal, a tenerles de contrincantes pero de resto Euphoria era un encanto por lo cual, y haciéndole honor a nuestros siete largos años de vernos la cara en el colegio, y ella de soportarlo , le tenía que brindar un duelo a la altura de las circunstancias, faltaba menos.
Le doy un segundo a Johansson, en el cual la varita se encuentra apoyada sobre el labio inferior, ya saben, por aquello de las damas primero no obstante, siguiendo al pie de la letra su formación de águila iba a dejarme atacar primero . Alzo la varita, cuya empuñadura de serpiente brilla contra las llamas de las antorchas que empiezan a pulular vertiginosamente, efecto de esa dichosa telequinesis que solía tener unos toques tan ambientativos cuando me concentraba demasiado, y más ahora, que estaba concentrada en captar, cada instinto, como nos había enseñado la querida Condesa en Ilusionismo , cada respiración entrecortada, cada sudor frío. Cada muestra de miedo. Un miedo que por ahora era solo un titubeante vestigio en los ojos de Euphoria, y que podía ser solo incertidumbre, pero que mi misión era transformar en otra cosa. Un oscuro manto había invadido mis pensamientos, frío y paralizante, pues eso era lo que quería que saliese de la varita para que fuese contra la chica, a continuación.
-Invoca Dementor.- Digo suavemente, empleando un simpático susurro serpentesco, de quien llama a su mascota para jugar un rato.
Le doy un segundo a Johansson, en el cual la varita se encuentra apoyada sobre el labio inferior, ya saben, por aquello de las damas primero no obstante, siguiendo al pie de la letra su formación de águila iba a dejarme atacar primero . Alzo la varita, cuya empuñadura de serpiente brilla contra las llamas de las antorchas que empiezan a pulular vertiginosamente, efecto de esa dichosa telequinesis que solía tener unos toques tan ambientativos cuando me concentraba demasiado, y más ahora, que estaba concentrada en captar, cada instinto, como nos había enseñado la querida Condesa en Ilusionismo , cada respiración entrecortada, cada sudor frío. Cada muestra de miedo. Un miedo que por ahora era solo un titubeante vestigio en los ojos de Euphoria, y que podía ser solo incertidumbre, pero que mi misión era transformar en otra cosa. Un oscuro manto había invadido mis pensamientos, frío y paralizante, pues eso era lo que quería que saliese de la varita para que fuese contra la chica, a continuación.
-Invoca Dementor.- Digo suavemente, empleando un simpático susurro serpentesco, de quien llama a su mascota para jugar un rato.
Invitado
Re: Duelo de exhibición: N. Bellionet vs E. Johansson
Estar en aquel evento era algo que no esperaba... aunque todo había comenzado como un simple juego la cosa se había vuelto una realidad, y ahora se encontraba allí, frente a Ninoska con la varita en mano y preparada para un duelo que sin duda alguna sería un verdadero reto, y a ella los retos le gustaban.
Se hallaba ya frente a Ninoska cuando escuchó las palabras del hombre, haciendo que la chica le mirara de soslayo y echara los ojos hacia un lado. ¿Malas intenciones? Si es que se veía que era nuevo... y no conocía a Bellionet de verdad. La chica era un gran estuche de monerías y no de las buenas, precisamente.
Una vez que el hombre hubo terminado su discurso miró a Ninoska por un segundo, elevando una de la punta de sus labios en una minúscula y torcida sonrisa antes de hacer las clásicas alabanzas, inclinaciones y demás. Acto seguido y nuevamente el silencio se hace mientras ambas se aferran a su varita mirándose una vez más por un instante. ¿Se encontraba nerviosa? ¡Claro que sí! Pero no porque fuese Ninoska Bellionet su contrincante, sino porque sabía que alguien sabio debía tener miedo, y ella en esos momentos sentía el nerviosismo correr por sus venas. La chica era un fuerte rival, y sabía que no tenía que subestimarla para nada.
Apenas escuchó el hechizo de la ex-serpiente retrocedió un paso aferrando con fuerza la varita de avellano cuando la imponente criaturas se deslizó hacia ella.— ¡Expecto Patronum! —bramó la chica con fuerza mientras la criatura terminaba de arrastrarse hasta ella. Sintió su cuerpo debilitarse apenas vio la criatura, sin embargo no era la primera vez que se enfrentaba a la misteriosa presencia y la sensación, lamentablemente ya le era conocida, por lo que no le tomó mucho tomar control de la situación y su cuerpo. Alzó con firmeza el brazo y extendió la varita, apuntando a la criatura con la varita de avellano mientras miraba de forma retadora a la oscura criatura pensando en aquello que invocaba el pequeño zorro artículo de un blanco platino que había visto en varias ocasiones. En su mente apareció el inmenso jardín de su casa y su prima Charlotte junto a ella, en sus manos -pequeñas, de unos seis años- un enorme huevo de dragón gris rompiéndose y una lluvia de colores cuando las escamas tornasol del dragón que se hallaba dentro entraron en contacto con los rayos del sol.
Se hallaba ya frente a Ninoska cuando escuchó las palabras del hombre, haciendo que la chica le mirara de soslayo y echara los ojos hacia un lado. ¿Malas intenciones? Si es que se veía que era nuevo... y no conocía a Bellionet de verdad. La chica era un gran estuche de monerías y no de las buenas, precisamente.
Una vez que el hombre hubo terminado su discurso miró a Ninoska por un segundo, elevando una de la punta de sus labios en una minúscula y torcida sonrisa antes de hacer las clásicas alabanzas, inclinaciones y demás. Acto seguido y nuevamente el silencio se hace mientras ambas se aferran a su varita mirándose una vez más por un instante. ¿Se encontraba nerviosa? ¡Claro que sí! Pero no porque fuese Ninoska Bellionet su contrincante, sino porque sabía que alguien sabio debía tener miedo, y ella en esos momentos sentía el nerviosismo correr por sus venas. La chica era un fuerte rival, y sabía que no tenía que subestimarla para nada.
Apenas escuchó el hechizo de la ex-serpiente retrocedió un paso aferrando con fuerza la varita de avellano cuando la imponente criaturas se deslizó hacia ella.— ¡Expecto Patronum! —bramó la chica con fuerza mientras la criatura terminaba de arrastrarse hasta ella. Sintió su cuerpo debilitarse apenas vio la criatura, sin embargo no era la primera vez que se enfrentaba a la misteriosa presencia y la sensación, lamentablemente ya le era conocida, por lo que no le tomó mucho tomar control de la situación y su cuerpo. Alzó con firmeza el brazo y extendió la varita, apuntando a la criatura con la varita de avellano mientras miraba de forma retadora a la oscura criatura pensando en aquello que invocaba el pequeño zorro artículo de un blanco platino que había visto en varias ocasiones. En su mente apareció el inmenso jardín de su casa y su prima Charlotte junto a ella, en sus manos -pequeñas, de unos seis años- un enorme huevo de dragón gris rompiéndose y una lluvia de colores cuando las escamas tornasol del dragón que se hallaba dentro entraron en contacto con los rayos del sol.
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